| sábado, 18 de diciembre de 2004 | | | Charlas en elCafé del Bajo [email protected]
-¿Sólo se pierde lo que no se ha tenido? Pero antes de tratar este tema hoy, quiero decir que se confirma la sanción legislativa para el proyecto del diputado Angel Baltuzzi que contempla el otorgamiento de la jubilación a aquellas personas que, faltándoles pocos años de edad para la obtención del beneficio, tienen los aportes realizados. Una buena noticia para tanta gente. Y nuestro reconocimiento y felicitaciones al legislador santafesino.
-Sí, es menester ser justos y valorizar aquellas acciones de políticos que se ocupan de los atribulados ciudadanos. Bien por Baltuzzi y, como decíamos ayer, esperemos que infatigablemente y con la ayuda incluso de los mismos beneficiarios gestione la inmediata puesta en vigencia del proyecto. ¿De qué hablamos hoy Candi?
-Una amiga a la que estimo mucho, profesional de vasta erudición a la que desde luego no alcanzo, desde California, Norteamérica, me ha enviado un mail donde me recuerda, a propósito de todas las cosas que se pierden en la vida, lo que decía Borges: "Sólo se pierde lo que no se ha tenido". Ni lerdo ni perezoso, pero atrevido, le respondí: "Es para mí un sofisma muy interesante en el que algunos pueden creer. Es además un pensamiento que puede tener muchas interpretaciones. Por ejemplo: si tengo un traje pero en realidad jamás me interesó, "perderlo" en realidad no será perderlo puesto que jamás reparé en él. Si tengo una relación con alguien y siento por ese alguien, pero siento hasta determinado límite que imponen mis ideas sobre el amor, pues perderlo será tan relativo como el propio sentimiento. Si un ser querido se muere es posible que sienta que no he perdido nada si estoy firmemente convencido de que todo es vano en la existencia, efímero e insustancial y que al fin y al cabo la propia vida tiene un sentido finito. Y si la propia vida, la propia existencia, tiene rasgos de vacuidad entonces todo lo demás se torna prescindible o irrelevante. Pero podría interpretarse también que el ser querido que muere no se pierde, porque nadie deja de existir en realidad, sólo se produce una transformación del ser. La frase "sólo se pierde lo que no se ha tenido" puede interpretarse, asimismo, como una resignación ante la pérdida o como que aquello que se pierde, no consideró totalmente nuestro valor como persona y entonces que esté o no a nuestro lado no es determinante en nuestra existencia. En este último caso deberíamos pensar si esa consideración fue mutua".
-Bueno, lo suyo también podría ser calificado de relativo, pero siga.
-"Como quiera que sea, -le dije- y excepto en el caso de la muerte, yo soy uno de los que creen que se pierde lo que se ha tenido. Incluso ante la muerte se pierde una parte de lo que se ha tenido aunque aceptemos lo efímero de la existencia material. Se pierde lo que se ha tenido por diversos motivos: porque la vida nos lo arrebata sin que lo deseemos y a veces se pierde porque nosotros mismos, insensatos, lo perdemos por nuestras conductas. Ahora bien, si lo perdido no era considerado útil o amado, no hay dificultades. Pero si lo que se pierde era o hubiera podido ser importante en nuestras vidas entonces ya no es tan fácil, porque se aleja algo que nos hubiera ayudado a sentirnos mejor en nuestra existencia, complementados o en expansión. Cuando se trata de objetos el perderlos o no depende de nosotros, pero cuando se trata de seres humanos el perderlos o no depende de la muerte (pérdida relativa) o del verdadero amor que nos guíe hacia conductas tendientes a poner a resguardo una relación que nos sirva para transitar esta existencia complicada. Cuando en una relación humana alguien dice "cierta conducta tuya me hiere un poco y me podés perder" en realidad no amenaza, está avisando que no quiere la pérdida, está invitando a preservar un vínculo que puede servir a ambos. Si este mensaje no es captado, comprendido y reflexionado en toda su dimensión por el otro, entonces se está ante la cuasi certeza de que la pérdida se producirá porque ese otro supuso (por diversos motivos) que nada tenía. Es curioso, pero la muerte de un ser querido al que se amaba puede ser considerada una pérdida relativa y no determinante si se tiene fe en que no hay muerte del amor que proviene del espíritu eterno. En cambio la muerte del amor en un ser vivo es la pérdida absoluta y definitiva de éste". Bueno, queria compartir este pensamiento con usted mi amigo. Hasta mañana.
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