Quieren que haya un servicio de taxis para personas con discapacidad motriz

Para que las personas con discapacidades motrices puedan trabajar, estudiar o disfrutar de su tiempo libre en Rosario, no basta con instalar rampas en las calles, las escuelas, la universidad o los edificios públicos: para poder entrar a esos lugares antes tienen que llegar. Y si no disponen de un vehículo propio adaptado, ¿cómo hacen? La pregunta es central si es que se quiere cumplir con las leyes nacionales y ordenanzas municipales que declaman la protección de esa población con discapacidades. Por eso, hoy ingresará al Concejo Municipal un proyecto del edil Gustavo Gerosa para que se licite un servicio especial de taxis con doble prestación: una convencional y otra especial para personas de movilidad reducida, con un equipamiento mínimo de asiento rebatible y rampa electrohidráulica en unidades tipo furgoneta.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, las personas con discapacidad representan en el país el 7,1 por ciento de la población, un porcentaje que se mantiene para Rosario. En cifras absolutas serían unas 70 mil personas, de las cuales el 40 por ciento -alrededor de 28 mil- sufre de limitaciones motrices.

"Una verdadera ciudad oculta", afirma el concejal. Las causas de estas discapacidades son diversas: accidentes, poliomielitis, distrofias, esclerosis, espasticidad y hasta vejez. La mitad de quienes las padecen están en edad activa e incluso muchas de ellas son jefes de hogar.

Ante ese panorama, Gerosa decidió presentar un proyecto que pide al Ejecutivo un estudio de factibilidad para implementar un servicio especial de taxis destinado a las personas con discapacidad. Se trataría de vehículos tipo furgoneta con puerta posterior, rampa desplegable para que llegue al nivel del cordón y asiento trasero rebatible.

La cantidad de unidades quedaría a criterio del Ejecutivo, pero si se mantuviera el porcentaje de personas con discapacidad sobre el total de taxis en la ciudad (3.162), 300 sería lo ideal. "Así y todo, si hubiera 50 ya sería un gran paso", razona Gerosa.