 | jueves, 07 de octubre de 2004 | Un "beso de la muerte" La degradación de las proteínas no se produce de manera indiscriminada, sino que tiene lugar en un proceso controlado en detalle. Al ser destruidas reciben en un momento dado una marca molecular, que la Academia sueca llama dramáticamente "beso de la muerte".
Las proteínas así marcadas caen entonces en los "basureros" de las células -orgánulos llamados proteasomas-, donde son "picadas" en pequeños trozos y destruidas.
La marca consiste en una molécula llamada ubiquitina, que se adhiere a la proteína a ser destruida y la acompaña a los proteasomas. Poco antes de que la proteína entre al proteasoma, la marca de ubiquitina es desprendida para su posterior reutilización por el organismo.
Se estima que el 30 por ciento de las proteínas recién producidas no pasan los rigurosos controles de calidad celular y son destruidas en los proteasomas. Este mecanismo comienza ya con controles durante la división celular, la replicación del ADN y la estructura del cromosoma. Los defectos en la división cromosómica son la causa más común de aborto espontáneo durante el embarazo, y un cromosoma 21 extra es causa del síndrome de Down en el ser humano. enviar nota por e-mail | | |