| lunes, 04 de octubre de 2004 | Gran aguante canalla "Estoy enamorado de Central", repitieron casi sin parar unos dos mil hinchas canallas que ayer ocuparon, de cara al sol, el codo de la renovada tribuna popular de la cancha de Gimnasia. El golpe a Boca en el Gigante de Arroyito, en la fecha anterior, sin dudas sirvió de impulso para la mayoría rosarina que emprendió la ruta, los 370 kilómetros que separan a Rosario de La Plata. Y también para juntar parte del extendido universo canalla que habita disperso por el país, lejos de la meca de Génova y Cordiviola, pero donde quiera que esté no deja de soñar el sueño eterno en azul y amarillo. Y de llegarse hasta alguna tribuna bonaerense cuando la mínima ilusión vuelve a encenderse.
Como siempre, las banderas del Gran Rosario dominan una primera mirada sobre la escenografía tribunera de Central: Funes, Villa Gobernador Gálvez, Pérez son las localidades que dijeron otra vez presente. En un momento todo parecía dado para volver a gritar un triunfo de visitante, casualmente en la ciudad de La Plata. Pero no pudo ser.
La última alegría canalla fuera de casa sucedió allá lejos y hace tiempo -más de medio año-, justamente en la cancha de Estudiantes, en La Plata.
La tribuna canalla demostró ayer, otra vez, su enorme vitalidad. Exhibió una muestra del mundo de emociones y lealtades que son capaces de evocar esos 11 pibes que salen a una cancha de fútbol para defender el honor de una camiseta, la de Rosario Central.
"Vamos, vamos los pibes", tronó desde el codo, después del gol de Villa. Pero los pibes no iban a poder aguantarlo. Igual el empate final sonó a lógico, justo y útil, como para que el universo canalla siga reconvirtiendo su sueño, y emocionando corazones. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El pueblo canalla alentó todo el partido. | | |