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 lunes, 04 de octubre de 2004

El FMI aprieta pero no ahorca
La asamblea del mundo financiero culminó sin que la Argentina quedara sobre las cuerdas, pese a Italia y Japón

El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó ayer a la Argentina a cumplir con una reestructuración "amplia y sustentable" de su deuda pública en default y contar con un marco fiscal "sostenible a mediano plazo". Los conceptos fueron expresados por el director gerente del FMI, Rodrigo Rato en el marco de la Asamblea Anual que el organismo multilateral y el Banco Mundial realizaron en Washington. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, calificó de "hiperfavorable" para el país el comunicado final que emitió el FMI, a pesar de las presiones dentro del Grupo de los Siete (G7) -impulsadas por Italia y Japón- para que Argentina mejore la propuesta de reestructuración de deuda.

El caso argentino ocupó un buen tramo de la agenda del encuentro. John Taylor, subsecretario del Tesoro de EEUU, ponderó la buena situación fiscal de la economía argentina luego de haber adoptado "buenas políticas" en la economía. De todos modos, el funcionario pidió que "se haga rápido" el canje de la deuda y estimó que sería conveniente contar con "un alto porcentaje" de adhesión al programa.

Más duro estuvo el ministro de Economía italiano, Domenico Siniscalco, quien calificó como "insatisfactorio" el cumplimiento del programa del FMI aprobado en Dubai un año atrás. También el número uno del Fondo advirtió que la Argentina tiene por delante la puesta en marcha de una "reestructuración amplia y sustentable de la deuda para recuperar una situación normal en los mercados financieros".

En la misma línea, el comité monetario del Fondo instó al gobierno nacional a "impulsar todas las cuestiones estructurales aún por resolver en su programa económico".

Por su parte, Lavagna ponderó que el organismo multilateral y los países más desarrollados hayan entendido que la capacidad de pago de las naciones "está ligada al crecimiento". En ese sentido, hizo referencia a las palabras que ayer esgrimió el secretario del Tesoro de Estados Unidos, John Snow, quien sostuvo que "el crecimiento es todo, sin crecimiento no hay nada".

Lavagna ratificó una vez más que la propuesta para salir del default que se presentará a los bonistas será la anunciada por el gobierno en junio pasado, sin modificaciones. "Es la misma de junio. Es obvio que es la misma", recalcó.

El jefe del Palacio de Hacienda también se refirió a la estrategia con la que pisó Washington el pasado viernes: mantener el perfil bajo y evitar contactos bilaterales con eventuales interesados en que la Argentina mejore la oferta de la deuda. "Sabíamos que habría presiones y maniobras de todo tipo, y eso sucedió, hay que tomarlo así y no ser exitistas si en el mercado se habla de que el clima hostil de los acreedores para con Argentina muestra cambios", acotó el titular de la cartera económica.


Palos para los duros
En el contacto con la prensa argentina, el ministro le puso nombre y apellido a los impulsores de esas presiones: Italia y Japón. Con relación al primero, planteó: "Es un muy querido país, que tiene lazos históricos y afectivos muy fuertes. En algún punto de esta negociación ese país deberá tomar una definición y sopesar dos temas. Uno es esa relación de afecto con la Argentina y la otra es con algunos bancos o comisionistas, que fueron parte responsable del proceso que significó que los italianos tomaran créditos en bonos argentinos".

Con relación a Japón, sindicado como el impulsor del rudo comunicado que el viernes emitió el G7 contra la Argentina, Lavagna comentó: "Ese es un país que a veces parece que habla y no escucha. Percibimos (de los japoneses) a veces ciertas intenciones de dar lecciones y tienen una postura proteccionistas en materia de comercio".

Por eso, el ministro considero que el comunicado que emitió el FMI es "hiperfavorable" para la Argentina y que tiene diferencias "abismales" con el difundido por el G7 y la Unión Europea.

El Comité Monetario y Financiero del FMI dio la bienvenida a los esfuerzos argentinos para obtener una "reestructuración de la deuda abarcativa y sustentable", y expresó su "esperanza en que el proceso concluya expeditivamente".

El comité reiteró así el reclamo de un acuerdo con los acreedores, aunque marcó un claro giro respecto del pedido de una "alta participación" de los mismos, que sí formuló el Grupo de los Siete (G7) países más ricos del mundo el viernes pasado.


Ni hablar de la negociación con el FMI
Lavagna, quien retornaba anoche hacia Buenos Aires desde Washington, mantuvo un encuentro con el director gerente del FMI, Rodrigo Rato, con quien "se hizo un repaso de los temas". Al ser consultado acerca de la relación con el FMI y sobre cómo siguen las negociaciones que se encuentran en estado de impasse hasta la culminación de la reestructuración de la deuda, el ministro fue muy parco. Manifestó que "hasta enero cada una de las partes hará sus cosas y recién allí veremos cómo siguen la relaciones".

"Veremos, veremos", fue la respuesta que dio el ministro al final de la charla, cuando se le preguntó si a comienzos del año próximo el acuerdo será el mismo que actualmente se encuentra suspendido o si se negociará uno nuevo, con otras condiciones.

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El ministro de Economía, Roberto Lavagna, dio una conferencia de prensa para los periodistas argentinos en Washington.

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