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 lunes, 20 de septiembre de 2004

Asamblea "bisagra" de la ONU para renovar su funcionamiento
Comienza mañana. Seis países buscan ingresar de manera permanente al Consejo de Seguridad

Nueva York. - La 59º sesión anual de la asamblea general de las Naciones Unidas que comienza mañana se anuncia como una edición bisagra, que debe sentar las bases de un importante trabajo de balance y renovación que estará en la agenda de la próxima reunión en el 2005, cuando la ONU celebre su aniversario número 60. Esa asamblea debe marcar el inicio de las gestiones para ampliar el Consejo de Seguridad, el tema más difícil de todos, mencionado desde 1993 pero siempre postergado y que debería ser relanzado en 2005. Ahora habría consenso para que el organismo ejecutivo de la ONU se amplíe de sus actuales 15 miembros a entre 24 y 26, pero se sigue pujando acerca del número de miembros permanentes y el uso del poder de veto que éstos tienen. Japón, India, Brasil y Alemania unirán fuerzas desde mañana para reclamar un asiento permanente.

Abierta oficialmente el martes pasado por el presidente de la asamblea, el ex ministro de Relaciones Exteriores de Gabón, Jean Ping, esta sesión cobrará verdadero interés mañana, con el inicio de la tradicional sucesión en la tribuna de jefes de Estado y gobierno. El primero en hablar, por una tradición que se remonta a la fundación de la ONU, será el presidente de Brasil, Lula Da Silva. Este año serán más de 90 los que pasarán por el estrado. El estadounidense George W. Bush estará entre ellos: hablará en segundo lugar, luego de Lula.

Pero la atención de fondo estará puesta en la organización misma. "Es una sesión crucial porque es una bisagra, se sitúa en la víspera del 60 aniversario de nuestra organización", explicó Ping. "Es una sesión de transición, la importante será la de 2005, que será un año grande para el multilateralismo y la ONU", confió un diplomático occidental. La asamblea general de 2004 va a "preparar el trabajo de la siguiente asamblea sobre el análisis de los objetivos del Milenio y la reforma de la ONU", agregó.

Aunque se tratarán muchos otros temas, como la pobreza y el hambre, el capítulo que más expectativas y espacio en los medios atrae es el de las reformas de la ONU misma. Se pretende revitalizar la Asamblea General, a menudo considerada como el pariente pobre del Consejo de Seguridad, ya que es el único foro con vocación universal donde todos los Estados del mundo pueden expresarse.

Pero el tema más importante es la ampliación del Consejo de Seguridad. Hace un año el secretario general, Kofi Annan, creó un panel de expertos que deberá presentar en diciembre un informe con recomendaciones sobre los cambios a hacer. El punto más espinoso e la composición del Consejo de Seguridad, que en la actualidad cuenta con 15 miembros, de los que cinco son permanentes y con poder de veto -EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido. El resto rota cada dos años. Existe consenso para que este órgano se amplíe. El problema aparece a la hora de definir la representación regional y si debe haber nuevos países permanentes y con poder de veto. El reparto se hará, en todo caso, atendiendo a la aportación de los países en términos financieros y de efectivos militares.

Hay seis países que aspiran públicamente a entrar en la categoría especial que significa ser miembro permanente. Alemania, Japón, Brasil, India y Egipto quieren un puesto permanente, además de Sudáfrica.

Berlín recuerda que es el tercer mayor contribuyente a las arcas de la ONU y pide estar representado en función de su poder económico y peso político. Japón, el segundo detrás de Estados Unidos, usa un discurso similar y presiona sugiriendo que reducirá su participación si no se reconoce su peso. Egipto dice que hay que evitar que los nuevos puestos estén confinados a ciertas culturas que puedan imponer su valores al resto y pide un puesto que represente a árabes y musulmanes.

Brasil se presenta como abanderado de los países latinoamericanos. Pero ahí choca con México, Colombia y Chile, que prefieren que haya un mayor número de puestos no permanentes para que se puedan ir turnando.

En cuanto a Argentina, se ha cuidado de expresar su parecer, y estaría jugando a ver y esperar, dando una suerte de apoyo tácito a Brasil.

De entre los países mencionados, los cuatro principales candidatos a integrar el Consejo como miembros permanentes -Alemania, Brasil, India y Japón- tendrán una reunión mañana en Nueva York, al margen de la asamblea general, informó una fuente japonesa.


La jugada de "los cuatro"
El presidente brasileño, los primeros ministros japoneses Junichiro Koizumi e indio Manmohan Singh, y el ministro alemán de Relaciones Exteriores Joschka Fischer, anunciarían que apoyan mutuamente sus respectivas reivindicaciones de un asiento permanente en el Consejo.

Pero también existe otra opción al aumento de los permanentes: es la de crear una nueva categoría, la de "semipermanentes". Estos países ingresarían al Consejo por un período de 4 o 5 años y se eliminaría la actual prohibición de la reelección inmediata. Esto abriría la posibilidad de una permanencia eternizada para los países con más plafond, como "los cuatro".

En cuanto al veto, siempre discutido, muchos desean que simplemente desaparezca, aunque todos reconocen que esa no es una alternativa realista: los "cinco grandes" jamás renunciarán a su potestad suprema. A la vez, conceder el veto a nuevos miembros permanentes complicaría hasta el límite la ya difícil tarea del Consejo.

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Lula y el premier japonés Koizumi.

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