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 miércoles, 01 de septiembre de 2004

Kirchner y Rato se cruzaron por el superávit de Argentina para 2005
El titular del organismo crediticio puso en duda la prórroga de vencimientos por mil millones de dólares

El presidente Néstor Kirchner y el jefe del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, reavivaron ayer la pelea por el superávit fiscal que debe conseguir la Argentina para el año próximo, y que debe ser definido durante el mes de septiembre. El jefe del Estado le dijo al enviado del Fondo que "ni sueñe" con la posibilidad de que el gobierno eleve la pauta más allá del 3% actualmente comprometido, a lo que el visitante respondió poniendo en duda la posibilidad de que el organismo reprograme vencimientos por mil millones de dólares. "Se decidirá en función de las medidas de política económica que tome la Argentina en los próximos días", dijo.

Kirchner y Rato se vieron ayer en Casa de Gobierno por primera vez desde que el ex ministro de Finanzas de España asumió como director gerente del Fondo. En el marco de la primera gira sudamericana del funcionario, se reunieron durante 50 minutos en Casa de Gobierno. El encuentro, según señalaron fuentes del Poder Ejecutivo, fue "duro pero constructivo" en términos políticos.

Previamente, Rato se había reunido en el Palacio de Hacienda con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y las autoridades del Banco Central. El jefe del Estado, en cambio, lo hizo con los obispos más importantes del país, a quien les dijo: "Menos mal que me encuentro con los enviados de Dios porque en poco tiempo más debo recibir al enviado del diablo". Los obispos lo bendijeron.

La reunión comenzó en términos duros. "Ni lo sueñes que mejoraremos el superávit", dijo Kirchner frente a la presión de Rato para que el gobierno expresara en el próximo presupuesto para el año 2005 un aumento del superávit, del 3 al 5%.

El presidente comprometió el pago de 1.400 millones de dólares de deuda con el Fondo que vence de aquí a fin de año pero reclamó la postergación de otros mil millones, cuyos vencimientos son prorrogables por un año, según los mismos procedimientos, y el reintegro de pagos efectuados al organismo en el marco del acuerdo crediticio por 13 mil millones.

Respecto de la negociación con los acreedores, Kirchner cuestionó las intervenciones que realiza periódicamente el organismo a favor de los bonistas, pidió que "se mantenga al margen".

Fuentes gubernamentales calificaron a la reunión como "muy tensa y muy dura por los temas que se trataron" pero se manifestaron "muy contentos porque en términos políticos fue muy positivo".

El titular del Fondo aprovechó para insistir por la aprobación de la nueva ley de coparticipación federal, Kirchner contragolpeó: "¿Cuál es la urgencia cuando es la Nación el garante del acuerdo?".


Presión por la deuda
Rato reconoció en el encuentro, y en el contacto que mantuvo con la prensa posteriormente, los problemas sociales del país y la recuperación económica. En ese sentido, insistió con la necesidad de que el gobierno elabore un presupuesto "que profundice en la senda de estabilidad y de aumento de la capacidad financiera del Estado en el próximo ejercicio".

Basado en la realidad de que el gobierno logró cumplir en cinco meses del año el superávit pautado para todo el año con el Fondo, el director retomó la batalla sobre el nivel de ahorro fiscal. El acuerdo crediticio a tres años firmado por el FMI con Argentina en septiembre pasado fijó para el superávit una meta de 3% del PBI en el 2004, pero dejó abiertos los casilleros para el 2005 y 2006, a definirse en octubre.

Las relaciones entre Argentina y el FMI quedaron en duda luego de que el organismo demorara en julio la tercera revisión del acuerdo que mantiene por el país por 13.000 millones de dólares. Tras esa demora, el ministro de Economía Roberto Lavagna aseguró que las negociaciones se suspenden hasta diciembre porque el gobierno quería concentrar sus esfuerzos en la reestructuración de la deuda.

Rato dijo ayer que la demora en la aprobación de la revisión es "una situación pasajera" y que espera que se realice "lo más rápidamente posible". Reclamó, en tal sentido, "un acuerdo amplio y estable con los acreedores privados" .

El tenso encuentro, matizado con café y agua mineral, el presidente estuvo acompañado por el ministro de Economía, Roberto Lavagna; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen; y el representante argentino ante el FMI, Héctor Torres. Del otro lado de la mesa se sentaron Rato, el director del Departamento Hemisferio Occidental, Anoop Sing; el representante del organismo en Argentina, John Dodsworth; y el vocero del Fondo, Thomas Dawson.

Mientras en el gobierno difundían la dureza exhibida por Kirchner frente a los reclamos de Rato, el enviado del Fondo exhibía su última carta ante los periodistas. "El pedido de prórroga de los vencimientos por mil millones de dólares es algo que el gobierno argentino ha planteado y nosotros vamos a estudiar en el marco de las decisiones que se tomarán en la política económica argentina en los próximos días", dijo.

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Un diálogo tenso, cruzado por chicanas y manifestaciones callejeras contra el FMI.

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