| domingo, 15 de agosto de 2004 | Apertura 2004 Central durmió en el debut y Arsenal no lo perdonó Los canallas perdieron 3 a 1 en Sarandí Gustavo Conti / La Capital ¿Será bueno que las falencias aparezcan de entrada? Si Púa logra verlas rápidamente, si tiene con qué corregirlas, entonces podrá extraerse algo positivo del magro debut canalla en esta nueva etapa. Central cometió todos los pecados juntos, exhibió una fragilidad no vista en la pretemporada y sucumbió ante el peor rival que pudo tocarle para arrancar. ¿Cómo? Sí, Arsenal ya es un equipo formado hace tres años, sabe lo que quiere y eso, ante un rival inocente, es demasiada ventaja.
Se podrá decir que el gol tempranero fue un golpe demasiado duro de absorber. Error. Los partidos duran del minuto 0 al 90 más el descuento y esa conquista fue la diferencia entre un equipo despierto desde el vamos y otro dormido. Una lástima que el mejor jugador canalla de este plantel haya tenido responsabilidad en los dos primeros goles (ver Los goles, página 3) pero acaso ese fue el más claro indicio de que el conjunto entero no estuvo a la altura de las circunstancias.
Y si no, vale la pena tildar algunos ítems, que fueron la contracara de lo que ocurrió en la pretemporada, donde entonces Central sí pareció entender lo que quería el técnico, donde sí pareció forjar una imagen de equipo:
- La dupla Talamonti-Meloño no funcionó como tal, lució descoordinada, lejos uno del otro y hasta no parecieron ordenarse a los gritos. Denis y Calderón se soltaron asiduamente de sus marcas.
- Claro que eso se debió también a que ambos debieron salir a cortar mucho hacia los costados, sobre todo por el izquierdo, donde Papa e Irace nunca hicieron pie a la hora de marcar, al punto que Hirsig y Ormazábal, inteligentemente tirado hacia los costados a la hora de atacar pero pegado a Esmerado para defender, los volvieron locos.
- Coudet no tuvo ubicuidad, no fue peligroso, se tiró mucho al medio y tampoco hizo un buen tándem con Ferrari.
- Pablo Sánchez fue el gran ausente. Sólo tuvo unos destellos al comienzo del complemento pero su función de armar juego muchas veces quedó en manos del voluntarioso Vitti, quien a diferencia de Villa bajó mucho a hacerse de la pelota y fue sin dudas el mejor de Central. Además, Borzani mucho veces estuvo solito para contener y no lo hizo bien en el primer tiempo.
En el primer gol hubo algo de carambola pero también mérito del rival y Central no podía empezar peor. En el segundo hay que sacarle el sombrero a Burruchaga. Dos jugadores cortinaron a Talamonti para liberar a Denis. Y después ya no hubo partido, porque Arsenal jugó el juego que mejor sabe y hasta por momentos le dejó hacer a Central, exponiendo su inoperancia, aún cuando tuvo situaciones en las que siempre estuvo Vitti, aún cuando el Oveja expuso su vergüenza para pelear cada pelota y no rendirse nunca, aún cuando le hicieron el tercero en su mejor momento y aún cuando llegó a descontar luego.
La imagen del complemento se mejoró, porque levantó Talamonti, porque Borzani dejó a un lado su imprecisión, porque empezó a llegar por los laterales. Pero ya era tarde, tardísimo. Ante Arsenal, dos goles de entrada casi siempre lo son y ayer no fue la excepción. Central preocupó a sus 3000 hinchas que lo acompañaron y no sería de extrañar que Púa meta mano en el equipo (por ejemplo con Carbonari, ya listo) en víspera de un partido tan trascendente hacia el futuro como el clásico. La experiencia de Sarandí fue una mala señal que habrá que decodificar a tiempo. Al menos, quedó muy a la vista. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El delantero canalla Pablo Vitti no alcanza a cabecear ante la cerrada marcación de los defensores de Arsenal. | | |