Flojo debut de Coudet afuera

Tuvo poco contacto con el juego y se mostró desordenado a la hora de defender. La tiró al clásico

Alejandro Cachari / La Capital

Las cosas suelen verse distintas adentro de la cancha. Desde afuera puede parecer de una forma, pero ejerciendo el papel de protagonista es posible que se active algún disparador que muestre virtudes y/o defectos distintos. Por eso casi nunca existe coincidencia entre periodistas y jugadores de fútbol.

No es diferente lo que sucedió ayer con Eduardo Coudet, que desde afuera jugó un partido muy flojo, pero desde adentro observó otras cosas y relativizó casi todo al punto de calificar al clásico del fin de semana que viene como "una final del mundo".

"Tengo la bronca lógica por haber perdido el partido con Arsenal, pero también sé que el domingo que viene nos jugamos la final del mundo", disparó el Chacho apenas asomó del vestuario visitante de la coqueta cancha Del Viaducto.


¿No será mucho Chacho?
Se comprende que Coudet quiso pasar por alto la página de ayer a la tarde, pero se pasó en la frenada. Exageró y amplió exagerando. Aunque un poco menos. "Siempre digo que los partidos anteriores a los clásicos son difíciles porque aunque uno no quiera siempre está pensando en el partido que viene".

Y pensar que los jugadores, todos, se la pasan diciendo en la semana previa, que empieza mañana (podrá comprobarse en las páginas de este mismo diario), que es un partido más. Eso lo hacen para relativizar la presión que les genera el partido. Y lo mismo hizo Coudet ayer. Puso tanto énfasis en soslayar la paupérrima actuación de conjunto ante Arsenal que se metió en el clásico con una declaración que sin necesidad de ser polémica, como las que esperan del otro lado de un personaje como él, le sirvió para cambiar el ángulo de sus respuestas. Está claro. Casi todos mordieron el anzuelo y las respuestas sobre el notorio porrazo individual y grupal en Sarandí pasó a un segundo plano.

Pero la rentré de Coudet no fue buena. Corrió mucho y casi siempre sin utilidad para el equipo. Pero lo más peligroso radica en su tradicional tendencia a jugar libre de obligaciones. Coudet se viene mucho para el centro de la cancha y queda un agujero enorme entre Ferrari y el que le sigue por el carril derecho.

No tuvo mucho contacto con la pelota y una sola vez llegó al fondo, como lo hacía en River, pero Emanuel Villa no pudo tocarla y la pelota siguió de largo.

"El partido no es el mejor para hacer un análisis futbolístico. Por ahí la idea era esperar que pasen los minutos porque íbamos a empezar a encontrar los espacios y se dio al revés. Obviamente iré tomando ritmo con el paso de los partidos".

Debut y final por ahora. Es cierto, para una primera fecha no está mal amortiguar el resultado con alguna que otra declaración. Pero es un recurso no demasiado recomendable. Pan para hoy y hambre para mañana.

El Chacho Coudet, con nuevo look, lucha por la pelota con un rival.