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 sábado, 12 de junio de 2004

La Universidad Nacional de Rosario fue distinguida por la Embajada de la República China para ser sede de una competencia internacional de habilidad en el idioma oriental
Más de 80 alumnos aprenden la lengua china en un centro de estudios de la UNR
El idioma atrae cada vez a más estudiantes universitarios, profesionales y hasta adolescentes. También estudian la cultura china

Marcela Isaías / La Capital

La curiosidad, el estudio de una lengua diferente a las latinas y anglosajonas o la búsqueda del mejoramiento del perfil profesional son algunas de las razones que mueven a más de 80 alumnos a desafiar la afirmación popular: "No hay nada más difícil que estudiar chino". La oportunidad la generó el Centro de Estudios y Relaciones con China que depende del vicerrectorado de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), ahora distinguido por la Embajada de la República Popular China al ser ofrecido como sede para una competición internacional de habilidad en el idioma oriental.

De esta manera, la UNR pasó a ser centro del concurso internacional que organiza la Oficina Nacional China de Enseñanza de Idioma Chino como Lengua Extranjera. Idea que entusiasmó a unos 30 alumnos que competían ayer en este certamen y que estudian la lengua en la sede del vicerrectorado de la universidad local.

En julio será el propio consejero cultural de la Embajada de la República Popular China, Zhang Yi, junto a las autoridades de la UNR, quien entregue los premios. El primero es nada menos que un viaje a China para participar en la competencia final junto a los demás seleccionados en distintos países del mundo.

Han participado en esta competencia 43 naciones, entre las que se encuentran: Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, Brasil, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, España, Rusia, Suecia, Rumania, Polonia, y otros países de Europa, Asia Pacífico y Africa.

El trabajo comenzó a gestarse en 1999, a partir de este Centro de Estudios y Relaciones con China, que desarrolla actividades abiertas a la comunidad y otras de carácter académico-culturales. En el marco de estas últimas nacieron las clases de chino. "Primero fue un grupo pequeño de aficionados, pero luego el interés creció y los cursos se expandieron", señaló al respecto María Nélida de Juano, directora de este centro de la UNR.


Las clases
Inn Iee Liao es la profesora, de origen chino y radicada en la Argentina desde hace 20 años. "Me dicen Shaina", aclara ante los gestos de desesperación de quienes le ruegan que repita varias veces su nombre para saber cómo escribirlo o pronunciarlo.

Shaina es paciente, camina por la sala donde aprenden su lengua unos 30 estudiantes del primer nivel. Lee en voz alta, pide que la acompañen y repasen sus apuntes, todos preparados por ella. Cada tanto solicita que algún voluntario se anime, se acerque al pizarrón y escriba lo que le dicta.

La primera en levantar la mano es Guillermina, una de las más jóvenes del grupo -está a punto de cumplir los 14 años- y que asiste a las clases de chino junto a su papá. Es entonces cuando los trazos de los signos chinos empiezan a tomar forma y significado.

Las clases tienen el mismo ritmo que el de cualquier curso de lengua extranjera. Son una vez a la semana, en distintos niveles y duran desde abril hasta fines de octubre. Deben realizar ejercicios y pasar por evaluaciones.

El grupo de alumnos es heterogéneo, igual que los intereses que los llevan a aprender esta lengua. Entre ellos está Juan Pablo, un estudiante al que le faltan tres materias para recibirse de abogado. "Trabajo en una empresa exportadora de legumbres que tiene muy buenas relaciones comerciales con la República China", dice como para justificar por qué quiere mejorar su performance laboral.

También está Francisco, que estudia por placer. Es alumno de ingeniería industrial y siempre sintió curiosidad por la lengua oriental. En el mismo salón aprende Pablo, de 13 años, que quiso aprender otra lengua extranjera además del inglés.

En la primera fila se sienta Olga, profesora de idioma, a quien además le interesa mucho conocer sobre la cultura china. Lo mismo le ocurre a María del Carmen, una contadora que siempre leyó sobre China y ahora quiere conocerla por sus propias escrituras. Romina y Natalia son estudiantes universitarias y, según explican, para ellas conocer este idioma es una posibilidad de mejorar su preparación profesional.

Lo cierto es que Shaina, la profesora, se acomoda a los distintos intereses. En su clase conviven chicos y grandes, profesionales y estudiantes. Todos parten de lo mismo: desafiar el misterio que provoca la lengua china.


Cuatro tonos
¿Qué es más difícil, leer o escribir chino? La profesora Shaina considera que es escucharlo y leerlo, aunque los alumnos aseguran que escribirlo. Pero la docente insiste y explica que "el secreto está en conocer los cuatro tonos". Es decir, las diferentes formas de pronunciar una misma sílaba que luego dará diversos significados.

Aunque intente transmitirles su paciencia y tranquilidad oriental, Shaina cuenta que desde el primer día los alumnos muestran su ansiedad: "Quieren conocer todo, saber por adelantado cada frase". Y al parecer la ansiedad se transforma en aprendizajes, porque más de un alumno del primer nivel en poco tiempo ya construye una frase cotidiana en chino, como un saludo o un pedido.

Las clases dictadas en el Centro de la UNR no son gratuitas, pero su costo es muy accesible, ya que la intención es que sean abiertas a la comunidad. En los cursos se les provee a los estudiantes de los materiales y apuntes con ejercicios, elaborados por la misma docente. También la profesora de idioma lleva sus propios libros, que llaman la atención de cualquier lector con sólo mirar su escritura y diseño.

Año a año el curso que dicta la UNR se populariza. Y cada vez son más los que se muestran interesados en concurrir. Por eso, adelanta la directora del Centro de la UNR, María Nélida de Juano, se está pensando en sumar otra docente a las clases. "Queremos alentar a la gente que se acerca a estudiar", dice, valorando el potencial de la lengua.

"Para la Universidad Nacional de Rosario este ha sido un reconocimiento y una distinción importantes. No sólo se distingue el esfuerzo, sino que se estrecha un vínculo entre ambas naciones", agrega De Juano al referirse a la elección como sede del certamen, y al tiempo que recuerda una serie de actividades y relaciones tendientes a afianzar esta amistad. Entre ellas la hermandad que une a las ciudades de Shanghai y Rosario.

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La profesora Inn Iee Liao, o Shaina, prepara los apuntes.

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