Entre la libertad y el respeto

Cuando Shaina llegó a Rosario tenía 9 años. "Estuve seis meses sin hablar sentada en la escuela", recuerda ahora entre risas. Tal como relata, fueron sus propias compañeras de la Escuela Nº 55 Domingo Faustino. Sarmiento y su maestra Silvia de 4º grado las que la ayudaron y corrigieron en el español. En su casa se habla inglés, chino y español (este último idioma ahora lo domina a la perfección).

Su meta es difundir su lengua y su cultura de origen al que combina con el placer de la docencia. "Enseñar me encanta, porque es darle algo al otro y difundir algo mío", dice para explicar este vínculo de identidades e intercambios de culturas que se generan a partir del aprendizaje y enseñanza de una lengua extranjera.

Shaina es una enamorada de la sociedad argentina, sobre todo de "la libertad de expresión". Pero si se trata de elegir lo que prefiere de la cultura china no duda en decir, cuando se la consulta, que se queda con "el respeto hacia los mayores y al prójimo".