Depositan en cripta real el corazón del niño rey francés

Epílogo a uno de los grandes misterios tras 209 años

Como epílogo del que fue uno de los grandes misterios de la historia de Francia, el corazón de Luis XVII será depositado hoy solemnemente en la cripta real de la basílica de San Dionisio, al cumplirse un aniversario de la muerte, en la prisión del Templo, del hijo de Luis XVI y María Antonieta.

El corazón del "niño del Templo", conservado en una urna de cristal, es expuesto desde hace 20 años en una de las capillas de la basílica. La ceremonia es el epílogo del enigma del hijo menor de Luis XVI, destinado a reinar con el nombre de Luis XVII, quien fue encarcelado en la prisión del Templo al mismo tiempo que sus padres durante la Revolución, en 1792.

Un niño murió de tuberculosis en esa prisión del 8 de junio de 1795. El doctor Pelletan, que participó en la autopsia, ocultó el corazón del niño y lo conservó, considerando que era el del delfín, el heredero del trono francés. Pero ya en la época hubo polémicas sobre si el niño muerto era en realidad el hijo de Luis XVI u otro niño que habría reemplazado al príncipe, que habría muerto antes, o bien se habría evadido.

La urna con el corazón pasó después por varias manos y varios países, hasta llegar nuevamente a Francia y ser entregada al presidente del Memorial de Francia. Posteriormente, los historiadores se preguntaron asimismo si el corazón era efectivamente el del príncipe o el de su hermano mayor, muerto unos años antes en Versalles.

Los análisis de ADN pusieron fin a la polémica: dos laboratorios distintos llegaron a la conclusión en abril de 2000 que el niño era efectivamente un Habsburgo. (AFP)