La nueva pasión argentina

La gente se volcó por el tenis a pesar de ser semana de eliminatorias

Merced a innegables virtudes propias y a desgracias caídas sobre otras disciplinas, hoy es el tenis el que hace vibrar a los argentinos. Ahora la gente se agolpa en las calles detrás de generosas vidrieras con televisores para seguir un apasionante Roland Garros copado por compatriotas. Y como no podía ser de otra manera, de repente todos se transformaron en irrebatibles opinólogos, expertos en raquetas, voleas, drops, ránkings, carrera de campeones y otros menesteres que hasta hace muy poco eran propiedad exclusiva de habitués y entendidos.

Sin embargo, este fervor por el tenis no es nuevo. Hace tiempo que los fanáticos del deporte miran con avidez su notable evolución. Es que el crecimiento de la nueva armada albiceleste fue acompañado con enorme ansiedad por la audiencia mediática. Y permanentemente aparecieron resultados positivos que alentaron el inefable exitismo criollo.

Es el momento del tenis. La pauta está en que antes era impensado creer que a menos de 48 horas de la derrota en un clásico con Brasil por eliminatorias, el pueblo no esté analizando las razones de esa frustración. Y fue así. La derrota futbolera parece que pasó y se le dio rápidamente la espalda al deporte rey.

El claro ejemplo de esta fiebre tenística fue la situación que se vivió ayer en el centro de la ciudad. Todas las casas de electrodomésticos de la peatonal que estaban transmitiendo las semifinales del segundo Grand Slam de la temporada, estuvieron abarrotadas de interesados y curiosos a la expectativa de los rendimientos de los ya tan exitosos como populares Coria, Gaudio y Nalbandian.

Estaban todos juntos haciendo fuerza por sus favoritos. Unidos por una nueva pasión. Es que últimamente es el tenis el encargado de darle alegrías al pueblo argentino.

Los rosarinos se "pegaron" a las vidrieras.