| miércoles, 10 de marzo de 2004 | Liberan al detenido por el crimen de tres pescadores Carlos Cano, el cazador acusado de haber asesinado a tres pescadores en Reconquista, fue excarcelado el domingo ya que estuvo más de dos años preso sin condena firme. Así lo informó ayer a La Capital su abogado defensor, Ricardo Degoumois. La orden de liberación partió de un tribunal de alzada de esa ciudad. Las pruebas reunidas contra el único imputado siempre aparecieron como insuficientes para dilucidar el triple crimen y, a lo largo de la investigación, se denunciaron irregularidades de todo tipo, que apuntaron a la Prefectura Naval, la policía provincial y la Justicia.
Francisco Meza, de 60 años; su hijo Rafael, de 29, y un vecino de ambos, Matías Bustamante, de 17, habían salido el 1º de enero del 2001 en un bote a motor desde el puerto de Reconquista con la intención de pasar unos días de pesca. Armaron la ranchada en un paraje isleño conocido El Biguazal, ubicado a pocos minutos de navegación del puerto. Un día después, un baqueano de la zona los encontró asesinados a escopetazos y balazos. Todo en la escena del crimen parecía indicar que las víctimas no tuvieron chances de defenderse: uno de los fallecidos tenía un bocado de comida en la boca y una herida de bala en la parte posterior del cráneo.
Luego de más de un mes de investigación, fue detenido Cano. La prueba que lo mandó a la cárcel fue un reloj que pertenecía a Rafael Meza y que apareció en su poder. Además, una pericia balística realizada sobre un cartucho de escopeta hallado en la escena del crimen determinó que había sido disparado por un arma suya. Ese examen y otras diligencias concretadas en la causa como una controvertida inspección ocular en el lugar del suceso fueron cuestionadas por la defensa de Cano. Además, el cazador siempre se declaró inocente.
Liliana Meza, hija de Francisco y hermana de Rafael, criticó a los investigadores porque no siguieron una pista importante. Tenía que ver con ocho hombres que el día y la hora del crimen pasaron en canoa por el lugar. Estaban alcoholizados y llevaban armas que no habían declarado. Dentro de ese grupo había un funcionario policial y vecinos de sólida posición social en Reconquista.
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