| miércoles, 10 de marzo de 2004 | Charlas en el Café del Bajo -En una ciudad donde los índices de delincuencia son lisa y llanamente alarmantes, que no se repare en ciertas cuestiones mínimas, como la buena iluminación de las calles para no generar condiciones favorables a los agresores, muchos de ellos peligrosos, es una irresponsabilidad.
-¿A qué viene esto Candi?
-Viene a que anteanoche, y no sólo anteanoche sino muchas noches, me atreví a caminar por el centro de la ciudad y advertí que en algunas calles es imposible hacerlo. Concretamente, en calle 3 de Febrero entre Mitre y Corrientes, estaban todas, absolutamente todas la luminarias apagadas, eso era una boca de lobo. En calle Entre Ríos, entre Mendoza y avenida Pellegrini, había varias luminarias apagadas y así sucesivamente por algunas otras calles del micro y macrocentro. Entonces me pregunté: ¿qué es o qué hace la gente de la Secretaría de Servicios Públicos de la Municipalidad y concretamente del área que tiene a su cargo el mantenimiento del Alumbrado Público?
-De hecho debo decir, Candi, que ya es hora de que el intendente Miguel Lifschitz vaya pensando en una remodelación del alumbrado en algunos sectores de Rosario. Porque a fuer de ser sinceros la iluminación, por ejemplo, en el centro de la ciudad es muy pobre.
-Sí, y esto no sólo favorece la proliferación de actitudes delictivas, sino que es una mala imagen para el turista que se acerca a la ciudad y todos sabemos que últimamente mucha gente de afuera arriba a Rosario los fines de semana. Pues bien no creo que en materia de iluminación en el centro se lleven una buena impresión. Y es una pena porque realmente la ciudad en muchos aspectos está progresando y lo cierto es que la ciudad está cada día más linda. Así que nuestro pedido concreto para el intendente sería que en lo inmediato ordenen un adecuado mantenimiento de la iluminación (no creo que se agote el presupuesto por reponer bombitas y cables que no funcionan) y en lo mediato pensar en una transformación del sistema lumínico dotándolo de mayor potencia.
-No nos olvidemos de los barrios.
-Bueno precisamente a eso me iba a referir. Días pasados estuve en barrio Belgrano, le puedo asegurar que en algunas calles en horas de la noche hay más sombras que luces y en otras decididamente no hay luces. Atemoriza andar por allí y supongo que esto se repite en muchas zonas de la ciudad.
-Tiene razón el presidente del Concejo Municipal, cuando dice que la Municipalidad puede coadyuvar al mejoramiento de la seguridad.
-Sin dudas, pero Miguel Lifschitz, obviamente, también lo sabe y le aseguro que en una charla informal que mantuve con él tiempo atrás habló de la necesidad de mejorar la iluminación en Rosario y puntualmente se refirió también a la zona céntrica. Supongo que el plan debe estar en marcha. Además hay una cuestión que no puede obviarse, Inocencio, una ciudad bien iluminada adquiere otra fisonomía. Y la forma en como se la ilumine, es decir la suerte de decorado lumínico que se utilice la embellecerá, la hará más atractiva.
-Y más segura.
-Sí, más segura en un momento en que, como decíamos al comienzo, hay un índice de inseguridad creciente y alarmante. Y ante un gobierno de la provincia catatónico que no advierte la gravedad del problema o si lo advierte no hace absolutamente nada para resolverlo.
-La policía no parece hacer demasiado.
-La policía está desmantelada, desmantelada en vehículos, en materiales, en recursos humanos y en ganas y esto se debe a una pésima política que no es de ahora, sino que compartieron los señores Reutemann y Obeid, porque si se llegó a este estado de cosas es porque en el pasado se fracasó y en ese pasado estuvo también el actual gobernador, sólo que su gestión entonces no fue tan pésima como la de ahora. Nos vamos, no sin antes reiterarle el pedido a la gente del área de Alumbrado Público de la Municipalidad. ¡A ver si colocan las bombitas en los lugares que faltan muchachos!
Candi II
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