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 domingo, 04 de enero de 2004

Avalancha. Es la única del país en su rubro donde no hay cupo para entrar
Medicina tiene 3.800 inscriptos y la facultad no tolera más de mil
En la UBA disminuyó en un 3,55% el número de aspirantes, mientras que en Rosario sigue en ascenso

Medicina de Rosario lidera el ránking de ingresos de las facultades del interior del país. Pero no es lo único. Mientras en la Universidad de Buenos Aires (UBA) baja el número de aspirantes a cursar la carrera, aquí continúa año a año un aumento sostenido. La cantidad de jóvenes que pretende estudiar la tradicional carrera en Rosario se incrementó en un 5,9 por ciento con respecto al período anterior y un 18 por ciento respecto al ingreso 2001-2002 . Así, en noviembre pasado fueron casi 3.800 los que se anotaron para cursar el 2004 contra 3.588 que lo hicieron para el 2003 y 3.222 para el 2002. El dato no es menor ya que en UBA los interesados por estudiar esa ciencia bajó el 3,55 por ciento con respecto al año anterior. Y también según los guarismos que maneja el Ministerio de Educación de la Nación, los ingresantes en otras facultades del interior del país han disminuido.

La decana de Medicina de Rosario, Raquel Chiara, avisora futuros conflictos, ya que es probable que el número final de ingresantes disminuya a menos de la mitad de los que se anotaron. "Son una cantidad de personas impresionante, en realidad este es un problema nacional, porque todas las universidades del país han establecido cupos de ingresos menos nosotros. Muchos chicos rechazados de otras ciudades vienen aquí para intentar comenzar sus estudios", analizó Chiara.

Lo cierto es que los aspirantes provenientes de la provincia de Buenos Aires, a pesar de que en Capital Federal y en la ciudad de La Plata existen estas carreras, han aumentado en los últimos cuatro años también un diez por ciento. Para el próximo período académico ya son más de 300 los jóvenes de esa provincia que están haciendo el intento.

Según Chiara, los inscriptos para comenzar la carrera en Rosario se igualan prácticamente al total de los ingresantes de todas las facultades de medicina del interior del país, y la afirmación parece estar próxima a la verdad, con excepción de la UBA, por supuesto.

Es que en la Universidad de Córdoba los ingresos en el 2001 y el 2002 no superaron los 500 alumnos, con una tendencia a la baja; en la Universidad de Cuyo jamás superaron, entre 1998 y 2002, los 125; en La Plata apenas superan los 400; en la Rioja no llegan a los 200; en Tucumán rondan los 300; en la del Comahue algo más de cien, y en la Universidad del Nordeste superan en poco los 700.

En los cuadros estadísticos del Ministerio de Educación la Nación sobresale a simple vista la cantidad de ingresos efectivos en Rosario, que en el 2002 superaron los 1.500 alumnos, mientras que el año pasado la cifra fue similar, teniendo en cuenta a los alumnos que cursan en la capital provincial.

En rigor, las facultades que podrían compararse con la rosarina son las de Córdoba y La Plata, y en ninguna de las dos los ingresantes superan los 500 alumnos. La propia Chiara admitió que esa casa de estudios no puede brindar excelencia académica con más de mil ingresantes.

Claro que no todos los que se inscriben logran entrar a la carrera como alumnos regulares. Es que los aspirantes deben sortear la Instancia de Confrontación Vocacional (ICV), en donde los jóvenes tienen que cursar distintas materias, asistir a talleres de reflexión, tomar contacto directo con los consultorios de atención médica y finalmente dar un examen que tiene un recuperatorio.

Esta instancia ya funciona desde hace varios años pero en los últimos dos provocó la ira de los estudiantes, quienes lo consideraron restrictivo. Más aún, el Consejo Superior de la UNR debatió el año pasado el pedido de nulidad del ICV presentado por el claustro estudiantil.

Pero más allá de las movilizaciones y de los reclamos el sistema se mantuvo, ya que había sido votado por el propio Consejo Superior y por el Consejo Directivo de la facultad.


Preocupa el nivel académico
Sin embargo, la polémica promete volver en marzo próximo, a pesar de que ya a esta altura del año fueron 800 los que se retiraron por motu proprio, es decir que están cursando poco más de 2.600 alumnos de los cuales unos 800 lo están haciendo en el anexo que Medicina abrió en la Universidad Nacional del Litoral.

"Si los índices de deserción y de decantación se mantienen podrían ingresar unos 1.800 alumnos, lo que de todos modos es un número muy alto", aseguró Chiara. La decana expresó su preocupación en relación directa con la calidad educativa de la casa de altos estudios y con la práctica concreta de los estudiantes.

"Supongamos que ponemos más profesores y aulas; después se presenta otro obstáculo, porque las prácticas con la nueva currícula comienzan en primer año y nosotros no tenemos hospital escuela propio como otras facultades", advirtió.

En el mismo sentido recordó que ya hubo pacientes hospitalarios que se quejaron de la cantidad de alumnos que ingresan a los consultorios. "Se presentó un trabajo en la Defensoría del Pueblo de muchas mujeres que se sintieron vulneradas, ya que además del médico eran revisadas por muchos estudiantes. Estas situaciones también hay que atenderlas", dijo Chiara.

Por lo pronto Medicina ha sido la facultad que más controversias produjo el año pasado. Es que además de la protesta por la ICV, también en el 2003 el Centro de Estudiantes tomó el edificio de Francia y Santa Fe para rechazar la obligatoriedad de las prácticas finales para los alumnos de los últimos años. La medida de fuerza hizo peligrar el período académico, los díscolos alumnos finalmente retornaron a clases y la obligatoriedad de las prácticas también se mantuvo.

Ahora, receso mediante, es probable que las protestas estudiantiles vuelvan cuando se sepan los resultados de los exámenes de marzo y ver efectivamente cuántos aspirantes comienzan sus estudios como alumnos regulares.

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Existe una seria preocupación en Medicina por la calida educativa, o sea, en la formación profesional de los futuros médicos.

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