| sábado, 20 de diciembre de 2003 | Crisis con Uruguay. El gobierno soslaya entredicho por opiniones de un asesor Kirchner pidió a Batlle que no insista en enviar a un agregado naval represor El férreo rechazo se disparó al conocerse la designación del militar para la embajada oriental en Buenos Aires El gobierno nacional advirtió ayer a Uruguay que no insista en enviar al capitán de navío Juan Craigdallie (acusado de crímenes de lesa humanidad) como agregado naval en la embajada de ese país en la Argentina, porque de lo contrario rechazará esa designación. Asimismo, dio por superado el entredicho originado por declaraciones ofensivas de un asesor presidencial uruguayo -Carlos Ramella- contra el jefe de Estado Néstor Kirchner, luego que el gobierno de Jorge Batlle lo desautorizara en un comunicado oficial.
La crisis entre los dos gobiernos se desató anteayer al conocerse la designación de Craigdallie, lo que motivó el inmediato rechazo del gobierno argentino y de diversas organizaciones de derechos humanos. Para colmos, Ramella asesor presidencial uruguayo en materia de derechos humanos, había dicho sobre la cuestión que Kirchner estaba actuando "como agitador o simpatizante de la guerrilla" al oponerse a la designación del marino y lo acusó de entrometerse en "asuntos internos" de su país.Kirchner negó que vaya a retirar al embajador argentino en Montevideo, Hernán Patiño Meyer, como consecuencia del nombramiento de un ex represor oriental como agregado militar en Buenos Aires, lo que calificó de "un desatino".
"Esperamos que la cancillería uruguaya proceda como corresponde y no nos manden el torturador que nos quieren mandar como agregado, porque sería una falta de respeto para los argentinos" la llegada de un "criminal de crímenes de lesa humanidad", sentenció el primer mandatario.
Distintas denuncias no confirmadas por la Justicia sindican que Craigdallie violó los derechos humanos durante la dictadura militar uruguaya (1973-1984) y que, entre sus víctimas, habrían estado ciudadanos argentinos.
Niegan placet diplomático En ese contexto, el canciller Bielsa advirtió a su par uruguayo, Didier Opertti, que "no sería razonable que se insistiera con la designación" de Craigdallie porque "sería lamentable que tuviéramos que negar" el placet diplomático para ocupar un puesto en la embajada oriental aquí.
Por su parte, el ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Beliz calificó a la polémica designación de "una actitud poco feliz".
En tanto, el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, fue mas allá y opinó que la decisión de Batlle "es algo más que una provocación, es una definición filosófica a favor del terrorismo de Estado".
En otro orden, el gobierno de Batlle salió ayer a la tarde a desautorizar al asesor presidencial Ramella, quien acusó a Kirchner de "agitador o simpatizante de guerrillas" Ramella fustigó la actitud de Kirchner cuando asistió a la reciente cumbre del Mercosur, en Montevideo, en la que respaldó al líder de la coalición de izquierda Frente Amplio y candidato presidencial, Tabaré Vázquez.
Estos dichos causaron irritación en el gobierno nacional y el ministro del Interior, Aníbal Fernández, dijo que "si eso hubiera sucedido en Buenos Aires, si un oscuro funcionario sin estatura ni jerarquía le faltara el respeto al presidente de los uruguayos, no tengo dudas de que el presidente Kirchner lo hubiera sacado a patadas de la Casa de Gobierno".
Sin embargo, el entredicho culminó con la difusión de un comunicado oficial del gobierno uruguayo. "Las expresiones públicas sobre los hechos de notoriedad, efectuadas recientemente por ciudadanos que no revisten la calidad de representantes del Estado, fueron efectuadas en el libre ejercicio del derecho de opinión y no pueden ni deben afectar las fraternales relaciones entre ambas naciones, ni el recíproco respeto debido a las investiduras de sus gobernantes", señaló la gestión oriental. (Télam y DyN) enviar nota por e-mail | | Fotos | | El capitán de navío Juan Craigdallie. | | |