| sábado, 08 de noviembre de 2003 | Deseo y decepción Ñuls no tuvo argumentos y el sueño se esfuma Gustavo Conti / Ovación A otra cosa. Por más que los números digan que las chances aún sobreviven, estas deben ir sí o sí acompañadas de sustento. Y Newell's dejó en claro anoche que no le da el cuero para tanto. Esa sensación transmitió frente a Chacarita y la repitió anoche ante Racing. A esta altura del campeonato, el equipo de Veira no pudo dar el salto de calidad necesario y la resignación de pelear el título empezó a materializarse entre los hinchas. Quizás fue un sueño desmedido alentado por las rimbombantes incorporaciones. Quizás este campeonato deba ser tiempo de la siembra para cosechar en el próximo. Quizás. Hoy no hay duda de que se bajó de la pelea.
Racing no es un equipo de alto vuelo ni mucho menos. Es livianito y no tiene demasiado con qué lastimar pese a la rachita que traía. Sin embargo le alcanzó para complicar a Newell's y para realzar la figura (una vez más) de Palos y Ruiz, en una clara señal de lo que fue su producción. Cuando los de abajo se destacan...
La ilusión rojinegra duró lo que Cuenca tardó en detenerle el balinazo al cuerpo de Patiño a los 9', es decir, un santiamén. Rápidamente la tribuna reflejó lo que el equipo le ofrecía y los aplausos bajaron todos hacia los destacados de la última línea. ¿El resto? Intrascendente, abúlico, inconstante. Sólo Silvani por su búsqueda no siempre precisa se salvó, porque Villar no justificó su presencia, Vásquez deambuló sin ton ni son, Guiñazú hacía lo que podía en una posición que no siente y Patiño ni siquiera pudo levantar un "oh" de la tribuna.
Para colmo, el duelo que se preveía sería clave para que Newell's pueda volcar el resultado, quedó ampliamente para un ex hombre de la casa. En efecto, aún volcado en un lugar de la cancha que no le va cómodo, Grabinski se las arregló muy bien para borrar de la cancha a Mauro Rosales. Hasta fue más veloz que él y se la sacó siempre.
Los ingresos de Torres y Paulo Rosales no aportaron soluciones porque por ahora está claro que les pesa la responsabilidad de ser ellos los que puedan dar vuelta una situación que los más experimentados no pueden resolver. Entonces el pase largo y el poco convencimiento para buscar la pelota resultaron una constante que exasperaron a todos. Ojo, no hicieron más que copiar a sus compañeros del medio hacia adelante.
Pese a su ya mencionada tibieza, Racing manejó la pelota, fue firme en defensa y hasta dejó la sensación de que estaba un poco, apenas, más cerca de abrir el marcador, como en la pelota que al final le sacó Palos a Estévez. Pero tampoco le sobró mucho.
Cuando el Apertura pasó el último codo, Newell's se quedó sin el sprint indispensable y se sumió en la impotencia de saber que no tuvo argumentos para más. Pese a todo la campaña es aceptable y debe afirmarla en las fechas que quedan porque los puntos son valiosos para entrar a una copa. Claro que no alcanza para el sueño mayor. Ese quedará para otros. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Rosales se toma la cabeza, Veira se va en silencio | | |