Año CXXXVI Nº 48163
Política
Economía
La Ciudad
La Región
Información Gral
El Mundo
Opinión
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Salud
Autos
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 28/09
Mujer 28/09
Economía 28/09
Señales 28/09
Educación 27/09
Campo 27/09


contacto

servicios

Institucional

 miércoles, 01 de octubre de 2003

Parámetros inmunológicos que determinan la malnutrición
La medición del nivel de inmunoglobulina A secretoria y la ecografía del timo se obtienen con técnicas sencillas no invasivas

La crítica situación económica es causante de diversos grados de desnutrición en todas las capas etarias. Más allá de los casos documentados por la prensa televisiva, todos los días ingresan a los hospitales bebés con cuadros infecciosos instalados a partir de la malnutrición. "Ni bien llega al hospital, el niño es evaluado desde el punto de vista antropométrico. Se toman las medidas de las dimensiones del cuerpo, el talle y el peso. Las nutricionistas se encargan evaluar los nutrientes que está recibiendo. Estos datos le informan al médico si el chico está desnutrido, si es un proceso agudo o crónico, o si es una secuela de una desnutrición pasada", sostiene la doctora Anabel Nora Pallaro, docente e investigadora de la cátedra de Nutrición de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.

En general, se comprueba que hay una superposición de la infección sobre la desnutrición, ya que la alimentación deficiente (tanto como la excesiva) afecta los mecanismos del sistema inmune. "Hay que corregir simultáneamente ambos problemas. Porque si ese niño no recupera su inmunidad, cuando vuelve a su medio, a condiciones higiénico-sanitarias y alimentarias deficientes, repite el cuadro y vuelve al hospital. Está demostrado que sucesivos reingresos terminan provocándole la muerte", afirma la especialista.


Pruebas inmunológicas
Otra forma de evaluación del compromiso nutricional y del éxito del tratamiento es a través de las pruebas inmunológicas. Si bien la inmunología demanda aparatología específica que suele ser costosa, hay indicadores que pueden efectuarse en el laboratorio de rutina: recuento de glóbulos blancos, de leucocitos totales, nivel de inmunoglobulina y de inmunoglobulina A secretoria. "Esta última se obtiene con una técnica muy sencilla, no cruenta ni invasiva, a partir del análisis de una pequeña porción de saliva. La saliva es la primera barrera inmunológica y la cantidad de inmunoglobulina da un indicio del grado de protección que tiene el niño. Si su concentración es baja, significa que el sistema inmune no está fabricando la suficiente para defenderse y tendrá un pronóstico más crítico", manifiesta la especialista quien con su equipo colabora con el Servicio de Nutrición y Diabetes de la Casa Cuna.

Otra evaluación simple y no invasiva, es la medición ecográfica del timo. Este órgano es el espacio donde madura la mayor parte de los linfocitos T que llegan de la médula, antes de su incorporación al torrente sanguíneo donde cumplen la función de vigías. "Es primordial que el timo sea funcional y esté en adecuadas condiciones en la niñez. Está probado que la subalimentación lo atrofia. Y si el timo está atrofiado, los linfocitos T no maduran y no pueden llevar a cabo la respuesta inmune", sostiene Pallaro.

Las relaciones entre las dietas y la funcionalidad del timo en un modelo experimental (con ratas) es el tema de su tesis y la investigación de su equipo. Comprobaron que a medida que disminuye el peso del timo, aumenta la inmadurez, disminuye la proliferación celular y se altera la actividad de las enzimas del órgano.

La ecografía permite comprobar la reducción del timo. "Lamentablemente, a pesar de que en muchos centros médicos existe disponibilidad de un ecógrafo, no suele utilizarse para esta medición. Desde el '88 estamos en contacto con un grupo de investigadores franceses que han hecho trabajos de campo en distintas partes del mundo con poblaciones desnutridas".

Establecido el diagnóstico, se impone el tratamiento inmediato. "Si el niño se rehabilita nutricionalmente, el timo vuelve a repoblarse. No existen garantías de que sea en un 100%. Eso depende de la malnutrición previa. Si ha sido muy severa y durante un largo tiempo, así como otros parámetros no se recuperan, probablemente tampoco se recupere la inmunidad. Pero, si se trata de una desnutrición moderada, con una terapia de rehabilitación nutricional que incluya algún nutriente inmunoestimulante, la situación puede revertirse", afirma Pallaro.

Un nutriente inmunoestimulante económico es el cinc. "Es un oligoelemento imprescindible para la síntesis de las hormonas tímicas que están implicadas en el proceso de maduración de los timocitos (linfocitos T). La dosis para un tratamiento mensual cuesta apenas un dólar", manifiesta la entrevistada. En estos momentos están evaluando también otros minerales, algunos aminoácidos y probióticos.


Medición de leucocitos T
La medición del nivel de leucocitos T es otro parámetro inmunológico de vital importancia. Como se realiza con una técnica que requiere un anticuerpo monoclonal, es costosa. "En los enfermos con sida se hace porque es la única manera de seguir su evolución. En la desnutrición severa, cuesta justificar el gasto. Sin embargo, la famosa relación linfocitos T-colaborador-supresor es la misma que en el sida, al punto de que hay investigadores que hoy llaman a la malnutrición severa el sida sin infección", sostiene finalmente.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
La mala nutrición deprime el sistema inmunológico.

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados