| miércoles, 01 de octubre de 2003 | Extremos de riesgo Las fluctuaciones del ánimo pueden provocar gastos excesivos e ideas recurrentes de suicidio Belén Travesaro / La Capital La enfermedad bipolar se caracteriza por las desviaciones extremas del ánimo. Se llama así porque el humor oscila desde el polo de la manía al de la depresión. Las personas experimentan estados de depresión pronunciados, en los cuales no le encuentran sentido a la vida, o vivencian tiempos en los que se sienten omnipotentes, donde todo lo pueden, como si fueran Dios. Las fluctuaciones en el ánimo pueden ser controladas con medicamentos y psicoterapia, posibilitando llevar una vida plena y productiva. En caso de no ser tratada a tiempo genera conductas riesgosas, como realizar gastos excesivos cuando se está eufórico; y tener ideas recurrentes de muerte o suicidio, en el polo de la tristeza.
La coordinadora de la filial Rosario de Fubipa, Fundación Bipolares de Argentina, la psicopedagoga Eva Cipollone, fue víctima de las consecuencias del diagnóstico tardío. "La exacerbada inestabilidad emocional me llevó a arriesgar la vida manejando el auto con imprudencia, a vivenciar discusiones familiares, y a sufrir períodos de depresión intensos", relató a La Capital Eva, quien creó hace 10 años la filial Rosario de Fubipa, cuyo objetivo es proporcionar información sobre la enfermedad y contener a enfermos y familiares.
Animo estable Eva, quien luego de 13 años de tratamiento consiguió estabilizar su ánimo y llevar una vida normal, contó que su historia personal está marcada por un antes y un después de la certeza del diagnóstico. "Hasta que me enteré lo que tenía, los médicos lograban controlar la depresión, pero no sabían cómo tratar los episodios maníacos en los cuales aparecía una irritabilidad extrema, dejando de ser una euforia placentera. Yo comencé a sospechar que algo tenía, porque mis cambios de humor ocurrían cada vez con mayor frecuencia. Cuando estaba eufórica me cargaba de actividades, obligaciones y proyectos, los que quedaban inconclusos ante la aparición de los episodios depresivos, caracterizados por sentimientos de tristeza, desesperanza y pesimismo", relató.
La vida de la coordinadora de Fubipa Rosario cambió cuando leyó un artículo que hablaba de la enfermedad bipolar, donde se lo citaba a un experto en la materia, el doctor Alejandro Lagomarsino, fundador de la Fundación de Bipolares de Buenos Aires. "Me sentí identificada con los síntomas que describía y decidí consultarlo. En esa oportunidad detectó la enfermedad", dijo la afectada.
Transcurrido un tiempo Lagomarsino le ofreció a Eva la creación de la filial de Fubipa en nuestra ciudad. La asociación cuenta con la asesoría científica de la psiquiatra Christian Lupo.
La filial local organiza charlas de profesionales con el fin de ayudar al enfermo a que tome conciencia de su patología para que comience lo antes posible con el tratamiento. "La estabilización de las emociones no es fácil y requiere de un proceso. En un principio puede aparecer la sensación de vacío, a causa de haber vivido situaciones tan extremas, fundamentalmente en el episodio maníaco, al cual paradójicamente se lo extraña. Pero con el tiempo viene la adaptación a la nueva situación. Bajo tratamiento, los bipolares podemos llegar a ser muy buenos trabajadores, ya que nos caracterizamos por ser muy capaces", acotó la coordinadora de la filial local.
Irritabilidad y depresión El desorden bipolar se origina en un desequilibrio bioquímico del cerebro. Si bien generalmente se desencadena en la vida adulta, puede ocurrir en la adolescencia y raras veces en la niñez. La enfermedad puede ser genética o adquirida. Con frecuencia en estos casos se encuentran factores desencadenantes (pérdidas tempranas).
En el polo de la manía los síntomas comunes son el excesivo optimismo, la alegría, la disminución del sueño, el aumento del interés sexual, la extrema irritabilidad y la desmesurada valoración de sí mismo; en tanto en la depresión, prevalecen los sentimientos de tristeza, desesperanza, ansiedad, pérdida de energía, sueño disminuido o exagerado, pérdida de interés o placer en actividades usuales.
Frente a estas señales la psiquiatra Christian Lupo aconsejó consultar con un profesional. "Por lo general, el desorden se confunde con otras afecciones. En el adulto se confunde con la esquizofrenia o la depresión unipolar; y en el niño o adolescente con el déficit atencional o los trastornos de conducta", explicó la especialista.
En cuanto al tratamiento existen una variedad de fármacos disponibles, mucho de los cuales también se utilizan para la epilepsia. También es de utilidad la psicoterapia y los grupos de autoayuda, los cuales posibilitan brindar información sobre las características de la enfermedad, detectar en forma temprana los síntomas de recaída y restablecer los vínculos afectivos frecuentemente deteriorados.
Debido a las bases biológicas del trastorno el tratamiento psicofarmacológico es la indicación más usual. Las opciones actuales incluyen sales de litio, anticonvulsivantes y antipsicóticos de última generación, algunos de los cuales han sido aprobados para su uso por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), y otras se encuentran en fase de investigación clínica sobre la base de ensayos clínicos controlados bajo estrictas normas de investigación internacional. "La elección de cada propuesta farmacológica se basa en la singularidad de cada cuadro clínico y debe ser conducida por profesionales expertos", agregó Lupo.
Los que quieran contactarse con la filial Rosario de Fubipa lo pueden hacer los lunes, miércoles y viernes, de 19.30 a 21 horas, al teléfono 4258214. El grupo de autoayuda se reúne en el Centro Pastoral Padre Vallet (Urquiza 1876) los segundos y cuartos sábados de cada mes a las 10. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El humor de los bipolares oscila. | | |