| miércoles, 01 de octubre de 2003 | Osado golpe nocturno en el campo de un productor de la zona de Alcorta Un par de camiones para robar dos silos Ladrones rurales llevaron hacia el mercado negro 500 quintales de semillas de soja valuados en 27 mil pesos Un grupo de ladrones rurales concretó un robo audaz e insólito al irrumpir en un campo ubicado a unos pocos kilómetros de la localidad de Alcorta. Utilizando dos camiones llevados para tal fin, descargaron 500 quintales de semillas de soja de un par de silos y se llevaron la cuantiosa partida, valuada por la policía en unos 27 mil pesos.
El ilícito, con ribetes inverosímiles, no es nuevo en el departamento Constitución porque, según confió una fuente policial, se produjeron otros atracos de estas características en los últimos años.
Juan Carlos Bojanich tiene 50 años y es el propietario de un establecimiento agropecuario de 100 hectáreas ubicado a 19 kilómetros de Alcorta, lindante con la localidad de Juncal. El domingo pasado, el productor agropecuario tenía almacenados 1.500 quintales de semillas de soja en los modernos silos que posee en el campo, cuyo destino era la temporada de siembra que se avecina.
El viernes pasado, Bojanich había recorrido el establecimiento y no había divisado nada extraño. Dos días después, cuando ya era de noche y en el lugar no había nadie, varios hombres irrumpieron a bordo de dos camiones. Cortaron un candado del portón de acceso e ingresaron. Sin obstáculos a la vista, llegaron hasta el sitio donde estaban acopiadas las semillas y comenzaron con la tarea delictiva. "Con un cortafierro rompieron dos silos de chapa en la parte media y de esa manera lograron que bajara la mercadería", explicó una fuente de la investigación policial.
El paso siguiente fue colocar los acoplados de los camiones debajo del orificio. En escasos minutos el cereal se amontonó en las cajas. Así 500 quintales, con un valor de mercado de 25 mil pesos, quedaron volcados en los dos vehículos. Luego, los intrusos desaparecieron, Las huellas de las cubiertas quedaron surcadas en el camino de tierra que se conecta con el campo.
El vocero consultado no dudó en asegurar el destino de las semillas que se esfumaron: el mercado negro de cereales y lo vinculó con la siembra de soja que se inicia en pocos días en la región. El portavoz consultado admitió que dos años atrás Bojanich sufrió un robo de similares características en su campo.
El lunes pasado, Bojanich denunció el caso en la comisaría 2ª de Alcorta. Hasta anoche la policía no tenía pistas de los autores del atraco.
Los acopiadores y exportadores están cansados de denunciar los altos niveles de evasión en el sector cerealero y el robo de granos. En realidad, una cosa y otra suelen estar atadas. Despojos como el sufrido por Juan Carlos Bojanich ponen al descubierto la saludable vigencia del mercado negro de cereales, que es el destino final de partidas como la que desapareció del silo de Alcorta.
La operatoria en el circuito clandestino se activa con el robo de cereal a través del denominado bolseo, mediante la sustracción de cargas de camiones y también con el robo en silos. En este tipo de maniobras están involucradas las empresas cerealeras que, según cuentan una y otra vez los conocedores del sector, reciben las semillas robadas y las revenden a los productores.
La jugada se concreta a menudo a través de facturas apócrifas de empresas fantasma, por lo que el productor queda amparado y hasta incluso aparece engañado en su buena fe. Otras veces se camufla la venta. Por ejemplo: se factura una cantidad de semilla menor de la despachada. "Venden por ejemplo un 50 por ciento de semillas con papeles en limpio y el otro 50 se pasa facturando, por ejemplo, herbicidas. La operación se blanquea disfrazándola con facturas o remitos truchos. Casi no hay controles sobre las cooperativas ni sobre los productores", dijo un investigador del tema. Los operativos debe hacerlos la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) con supervisión de juzgados federales.
Este tipo de delitos se complementa con otros que promueven la evasión. Uno de ellos es a raíz de la compra conocida como "a culata de camión" del grano en el campo, sin facturas, lo cual además de achicar la base de cálculo del impuesto a las ganancias permite embolsar el porcentaje de Iva que se le retiene al productor. Como en algún momento del circuito comercial esa compra-venta debe blanquearse se apela a facturas truchas y testaferros que a veces integran auténticas redes. Desde julio de este año los productores de trigo, soja y algodón deben comunicar a la Secretaría de Agricultura la cantidad de semilla que utilizan en sus respectivas campañas a fin de determinar su origen y combatir el comercio ilegal y la evasión tributaria. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los quintales fueron robados en un campo. | | |