| miércoles, 01 de octubre de 2003 | Charlas en el Café del Bajo - Hemos recibido, Inocencio, un mail del concejal Evaristo Monti, de quien en reiteradas oportunidades hemos sostenido que es uno de los periodistas notables, por diversos aspectos, que tiene la ciudad. Monti nos escribe a propósito de nuestra charla del domingo en donde hablamos de una cena en el Colegio de Abogados donde se habló sobre periodismo de antes y de ahora, de plumas y voces y de ciertas circunstancias poco felices por las que deben pasar hoy algunos colegas.
-Evaristo, hombre de una amplia cultura, sensible para percibir casos que serán "noticia", excelente guía, un intuitivo para encontrar esa noticia, de fuentes informativas impecables y un incomparable conductor de los silencios en radio. Por muchos años toda una ciudad, día tras día, vivió de una u otra forma, al ritmo de su voz, su genio y su creación.
-¿Qué dice Evaristo en la carta, Candi?
-Dice así: "Estimado Candi: para no perder los efectos del impacto emotivo que me causó su columna hoy domingo 28 del moribundo septiembre, escribo estas líneas al terminar de leerla. Felicito al Colegio de Abogados por su iniciativa ya que en el mundo del derecho, lamentablemente, no lucen pluralistas y abiertos como corresponde al alegato, ¿usted puede creer que en una jornada de derecho civil le hayan quitado el micrófono nada menos que a Juan Bernardo Iturraspe el pasado viernes? El mundo del periodismo que usted evoca incluyéndome elogiosamente, y se lo agradezco, es complicado y exige una malla de seguridad que las modalidades argentinas impiden. La supervivencia en la Argentina no es igual a la supervivencia en Estados Unidos, por eso aquí no podría darse lo del Washington Post provocando el Watergate y con ello la renuncia de Richard Nixon el 9 de agosto de 1974 en dos líneas, con 10 palabras, 5 de ellas monosílabos. Es nuestra realidad. ¿Admitiríamos nosotros como ciertas las tremendas infidencias de Garganta Profunda y la negativa de Woodward y Bernstein a revelarle la identidad a la sobresaltada Katharine Graham, dueña del Post que finalmente les dio luz verde? Yo me incluyo porque usted sabrá que fundé diarios y revistas que, inexorablemente, se fundieron. Con ello, el Washington Post pasó a la inmortalidad del periodismo. Unos años más tarde, la primera página de ese colosal diario -casualmente un 28 de septiembre, el de 1980- la tapa del Washington Post fue dedicada a un caso extraordinario producto de la investigación de una periodista negra, brillante y bella, Janet Cooke, con el título El mundo de Jimmy, un chico de 10 años adicto a la heroína a quien un individuo, amante de su madre, inyectaba en ausencia de ella. El relato fue conmovedor, medio Estados Unidos vivió pendiente de esa historia al punto que, en abril de 1981, la autora, Janet Cooke, recibió el Pulitzer en la categoría reportaje, el Pulitzer, nada menos, el Nobel del periodismo, el Oscar a la creatividad e investigación, con el nombre del húngaro que lo estableció luego de tomar un diario desfalleciente y vender millones de ejemplares. Pero 48 horas después, la bella morena confesaba que todo era falso, pura imaginación. Y unos días más tarde, ocupando la tapa y 4 páginas, el ombudsman de los lectores del Washington, Bill Greene, usó 20.000 palabras para disculparse. Ignoro el destino de Janet pero advierto que hoy estaría contratada como libretista de TV. La Capital no tiene ombudsman y eso se revela en que usted de vez en cuando puede publicar elogios a mi persona sin que ello implique de mi parte, Candi, decir que es imaginación. Un afectuoso abrazo".
-Evaristo: Al menos Janet confesó su apócrifa noticia. En Argentina hay colegas que generan ectoplasma noticioso todos los días y lejos de moderar su producción la modelan y perfeccionan a tal punto que terminan ellos mismos convencidos de que sus espectros se corporizan. ¿O no? Finalmente, mi estimado Evaristo, yo creo que usted debería reflexionar: ¿Por qué no darle a la ciudad un ciclo de radio como "aquellos"?
Candi II
[email protected] enviar nota por e-mail | | |