Descartan cualquier riesgo epidémico pero la facultad cerró

Cundió pánico en Humanidades por la muerte de un no docente

En el velorio, un familiar del difunto aconsejó a todos tomar antibióticos por prevención y se selló el ataúd

Las autoridades de la Facultad de Humanidades y Artes decidieron ayer cerrar el edificio hasta mañana para limpiar los tanques de agua y proceder a una desinfección. La medida respondió a la fuerte presión que ejercieron los trabajadores, sobre todo no docentes, tras la muerte de uno de sus compañeros, Alberto González (56), el sábado pasado. No era para menos: el domingo al mediodía, un pariente del fallecido se paró en pleno velorio para decir que por consejo médico sellarían el ataúd y recomendó a todos los presentes tomar un antibiótico por precaución y hasta extender la prevención a sus propios hogares. El lunes la facultad cerró por duelo, pero al abrir ayer cundió el pánico. Aunque al mediodía en el sanatorio Americano, donde falleció González, ya se descartaba totalmente un riesgo de "brote epidémico", los directivos universitarios decidieron desinfectar la facultad y, a pedido de los trabajadores, encomendaron dos análisis del agua.

Los compañeros de González que habían ido al velorio el domingo pasado no podían creer lo que pasaba cuando se les aconsejó tomar un comprimido de Ciriax 500 -un antibiótico de amplio espectro- por precaución. En ese momento aún no se sabía con certeza la causa de muerte del no docente, que había empezado con síntomas diversos durante la semana anterior y el sábado, ya con dificultades respiratorias, había sido internado en la terapia intensiva del Americano, donde falleció con una septisemia fulminante 11 horas más tarde.

En realidad ocurrió que, mientras hacían los análisis de rigor, en el sanatorio aconsejaron a los parientes de González que consultaran a sus propios médicos para ver si convenía una toma preventiva de antibiótico, al menos hasta que descartaran que el germen fatal hubiera sido un meningococo, y que pasaran a retirar los resultados el martes, o sea, ayer.

Pero los acontecimientos se precipitaron por el temor que ayer temprano ganó la facultad, al punto de que varias clases se levantaron aun antes del cierre. Docentes y una mayoría de no docentes debatieron en varias asambleas, incluso ante autoridades gremiales, reclamando la presencia de especialistas para saber si el propio edificio, donde trabajaba González, no podía tener un foco epidémico.

Así, ayer mismo los directivos de la facultad convocaron al área de Control Bacteriológico y Físico Químico del Agua de Ingeniería e incluso a un laboratorio privado para analizar el agua de los tanques. También decidieron realizar hoy una desinfección, por lo que el edificio permanecerá cerrado hasta mañana. Y desde el sanatorio Americano se llevó tranquilidad. "No hay ningún riesgo de brote epidémico", aseguraron, aunque el agente causante de la muerte le será revelado en privado a la familia de González.

La facultad también estará cerrada hoy.