| miércoles, 01 de octubre de 2003 | Día del Perdón Los judíos acabamos de celebrar nuestro Año Nuevo (Rosh Hashaná). A partir de esa fecha disponemos de un período de 10 días, al cabo de los cuales llegamos al Día del Perdón (Iom Kipur) para arrepentirnos por los errores cometidos. Pero Dios no otorga el deseado perdón si previamente no conseguimos el de aquellos a los que de una manera u otra hemos agraviado. Es ése el motivo de estas líneas. Públicamente quiero pedir el perdón de aquellos a los que no he logrado explicarles que nuestros bisabuelos llegaron a estas tierras, hace más de un siglo, con la única intención de unirse a un proyecto de construcción de una Nación en la cual justicia y libertad fueran sus pilares fundamentales. De ninguna manera pensaron en formar parte de un complot para apropiarse de la Patagonia. La falsedad del famoso Plan Andinia (como otros difundidos por reconocidos racistas) ya fue demostrada plenamente. Pido también perdón a los que comparten el criterio del periodista de FM que sugirió que los judíos rosarinos "exportemos a Israel los policías de gatillo fácil, para bien de esta provincia y los judíos asesinen más palestinos". Ni aun cuando ochenta y seis de nuestros hijos, hermanos y amigos -todos argentinos- fueron arteramente asesinados en el atentado de Amia planteamos seguir el camino de la venganza. Siempre exigimos justicia y el cumplimiento estricto de las leyes que nos rigen. Lamento que los sacrificios de nuestros maestros, profesionales, obreros e incluso desaparecidos en la noche de plomo no hayan bastado para señalar cuál es nuestro camino. Pido, una vez más, perdón a los que no les pudimos transmitir nuestro respeto por los que recorrieron anteriormente esta senda tratando, con errores y aciertos, de construir un mundo mejor. En 5.764 años hicimos del respeto a nuestros muertos un símbolo, un precepto fundamental, pero evidentemente no supimos explicarlo y por ello vemos nuestros cementerios mancillados, aunque sea por "inocentes juegos". Recordemos que todos los pueblos que despreciaron su pasado indefectiblemente fueron desapareciendo... En busca de una mejor convivencia, que beneficiará a todos sin discriminación, espero que la sociedad en general sepa perdonar que no haya sabido transmitir adecuadamente nuestros valores y modo de vida. Si lo hacen, seguramente iniciaremos una etapa superadora y vendrán tiempos mejores. Shalom (paz).
Claudio E. Gershanik
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