| domingo, 10 de agosto de 2003 | Traspaso institucional Scarabino asumió en un sanatorio y cambió la cerradura de la sede El nuevo presidente prohibió entrar en la sede Miguel Pisano / La Capital A pesar de estar internado en el sanatorio Centro por una neumonía, el titular de Rosario Central, Víctor Vesco, le entregó el viernes a la noche el mando al flamante presidente electo, Pablo Scarabino, ante una escribana pública que labró un acta, y ayer a la mañana el propio Scarabino ordenó cambiar las cerraduras de la sede canalla de Mitre 853, después de prohibir la entrada y solicitar una custodia policial permanente, "por una serie de hechos poco claros y nada habituales", según confió ayer el nuevo presidente.
"El miércoles había tres pedidos de quiebra y 36 embargos, ahora hay seis pedidos de quiebra y me enteré de una serie de maniobras, por eso fui a verlo a Vesco al sanatorio y le dije: «Te pido un consejo porque el club está descabezado»", recordó Scarabino.
El viernes a la noche Scarabino concurrió al sanatorio con la escribana Claudia Costarelli, quien labró un acta de traspaso del mando, en una decisión para la que está facultado el presidente, según un artículo del estatuto del club, y tal como informó el flamante titular.
"Después fuimos a hacer la denuncia a la comisaría segunda y el comisario dio intervención al juez Costa, quien aceptó nuestro pedido de enviar una custodia policial permanente de la sede y de prohibir la entrada, y esta mañana (por la de ayer) cambiamos todas las cerraduras", abundó Scarabino.
"Había gente que pensaba que el traspaso del mando iba a ser el otro lunes, pero como me avisaron de esta situación decidí actuar rápidamente y creo que los sorprendí con el factor sorpresa", amplió Scarabino.
Sin embargo habrá ceremonia del traspaso del mando, aunque en principio no sería mañana como estaba estipulado, sino el martes o el miércoles a las 19.30, en la sede, a raíz de que Vesco continúa internado.
Así, a diferencia del traumático traspaso del mando en febrero de 1994, cuando la sede auriazul fue incendiada por Paquito Ferreyra, aunque los autores intelectuales aún no fueron hallados, esta vez el cambio de conducción produjo la insólita situación de que el presidente en ejercicio le entregue el mando desde la cama del sanatorio al titular electo, con un acta labrada por una escribana, una denuncia policial, la intervención del juez de turno, la custodia de la sede, la prohibición de entrar y hasta el cambio de las cerraduras.
Por su parte, un inversor rosarino que aportó 135 mil dólares para la compra del Yerbatero González, que fueron utilizados por la comisión directiva saliente para pagarle al jugador y para saldar una deuda con la AFA y con Agremiados, reclama a Central la devolución del dinero antes de acordar la compra del pase del delantero. enviar nota por e-mail | | |