Lactancia: volver al trabajo

Planeando por adelantado es posible combinar trabajo y lactancia exitosamente. Para eso es necesario hablar antes con cada empleador para acordar horarios a cumplir. Entre otras cosas explicarle que los bebés amamantados se enferman menos y menos gravemente, y por lo tanto el ausentismo disminuye.

También conviene seleccionar a la persona que va a cuidar del bebé. Necesitará una persona segura y varios posibles sustitutos. Explíquele que es conveniente que su bebé no sea alimentado en la hora previa a su regreso, así estará listo para mamar cuando usted llegue a casa.

La leche puede darse con cucharita, jeringa, vasito entrenador antivuelco, o gotero. Las mamaderas pueden hacer que el bebé termine prefiriéndolos al pecho por tener un flujo continuado de leche sin esfuerzo.

Para la extracción de la leche se puede usar una bomba extractora, sacaleches o sacarse manualmente. Las partes del equipo que estén en contacto con la leche materna así como los recipientes, deben ser lavados con abundante jabón y agua caliente, sumergidos en agua hervida y conservados en la heladera. Los envases pueden ser de plástico, de vidrio (mezclando bien antes de usar para recuperar las células adheridas al envase) o en bolsas de plástico diseñadas especialmente para el almacenamiento de leche materna. Puede juntar la leche del mismo día en el mismo envase, manteniéndola en la heladera.

Congele en cantidades pequeñas, pues se descongela más rápido y se desperdicia menos. Deje un espacio en la parte superior del envase. Para descongelarla puede bajarla a la heladera la noche antes y luego sacarle el frío en agua caliente, nunca a fuego directo o microondas ya que se pierden las propiedades inmunológicas.

La grasa de la leche materna se separa y flota en la parte superior, cuando esto suceda mezcle el contenido. Deseche cualquier leche que no se utilice durante una sesión de alimentación. Recuerde que el color, el sabor y el olor de la leche puede variar de acuerdo a su alimentación.

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