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 miércoles, 06 de agosto de 2003

Ofertas inmejorables a 24 horas de un saqueo
Una familia fue desvalijada el domingo. El lunes vendían las cosas sustraídas a los vecinos en su mismo barrio

Los televisores que robaron el sábado a la noche en la casa de Chacabuco y Garay se ofrecían un día después a 20 pesos a los vecinos del barrio. El matrimonio que fue despojado hasta de su ropa fue alertado por un vecino de en qué lugar y a cuánto ofrecían sus pertenencias. Pero al llegar a la comisaría en busca de ayuda para recuperarlas, el trámite quedó abortado. La ausencia del sumariante fue el obstáculo que tornó imposible asentar la denuncia.

"El lunes a las 19.55 me vinieron a decir que las cosas que me habían robado estaban en tal lugar. Esta persona lo sabía porque le habían ofrecido a 20 pesos mi televisor", contó angustiada Julia Armando, la mujer asaltada. Su vecino no aceptó la ilegal oferta, pero luego se arrepintió. "Al menos por 20 pesos habrías recuperado algo tuyo", le dijo a Julia.

A los diez minutos de enterarse de dónde ofrecían el televisor, el esposo de Julia y su yerno llegaron a la comisaría 16ª a buscar ayuda. "Nos dijeron que con esos datos en cinco minutos deberían conseguir una orden de allanamiento. «El problema es que no está el sumariante»", repitió la mujer, aún incrédula, la razón que esgrimió el policía que recibió a su esposo para no hacer nada. Los dos hombres volvieron a la casa como se habían marchado, sin radicar la denuncia y con la certeza de no poder recuperar sus pertenencias.

Más de dos docenas de vecinos se acercaron a la casa de la pareja para darles los nombres y apellidos de las personas que le habían robado. Pero sin excepción confirmaron su temor a represalias y le rogaron a Julia y su esposo, Carlos Tolari, que no los comprometieran.

Julia finalmente denunció lo que le habían dicho sus vecinos a la jueza a cargo de la causa, Graciela San Miguel. La magistrada logró contener a la mujer, inmersa en una crisis nerviosa desde que descubrió su casa revuelta y vaciada. Los ladrones se llevaron tres televisores, electrodomésticos, anillos de oro, ropa, zapatos, sábanas y hasta algunos adornos sin demasiado valor que transportaron en sus propias carteras. La esperanza de recobrar las cosas, compradas con el esfuerzo de 27 años de trabajo, se desvaneció a minutos de haber asomado. "La jueza me aseguró que iba a intervenir otra comisaría, pero habían pasado más de doce horas desde que me dijeron donde podía recuperar algo", dijo la mujer.

"Hoy (por ayer) no tuve novedad de mis cosas. Sigo en la misma situación. Me pregunto cómo puede ser que no encuentre respuesta en la policía", se pregunta.

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Julia Armando, sin respuestas.

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