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 miércoles, 06 de agosto de 2003

El terrorismo volvió a golpear al sector turístico indonesio
Al menos 17 muertos y 148 heridos dejó un atentado suicida en Yakarta
La organización Yamaá Islamiya, vinculada a Al Qaeda, estaría detrás del coche bomba en el hotel Marriott

Yakarta. - Un poderoso coche bomba causó ayer enormes destrozos a un lujoso hotel de la capital de Indonesia, matando a 17 personas e hiriendo a 148, en el segundo atentado grave en menos de un año en el país musulmán más poblado del mundo. El gobernador de Yakarta dijo que probablemente un atacante suicida causó la explosión en el JW Marriott, de la cadena hotelera estadounidense, que destrozó el vestíbulo, así como automóviles privados y taxis estacionados en zonas aledañas. Investigadores indonesios atribuyeron el ataque al grupo terrorista islámico Yamaá Islamiya, ligado a Al Qaeda por Washington. Un tribunal indonesio dictará mañana sentencia contra Ali Amrozy, uno de los líderes de Yamaá y principal acusado del sangriento atentado del año pasado en Bali. Amrozy podría ser condenado a la pena de muerte.

Además de destrozar el restaurante, parte de la recepción del hotel y los vidrios de las ventanas hasta el piso 18 de los 33 que tiene el edificio, la explosión (que dejó un cráter de tres metros de diámetro) dañó seriamente edificios aledaños y unos 20 autos estacionados en las cercanías. Horas después del estallido el aire seguía impregnado de olor a humo y a materiales quemados. Escombros del vestíbulo del hotel quedaron esparcidos en toda el área, donde numerosos automóviles se incendiaron. En las tiendas y cafeterías aledañas al hotel los cristales de las ventanas quedaron también destrozados por la onda de la explosión.

La gerencia del Marriott dijo que el hotel, inaugurado en septiembre de 2001 y con 333 habitaciones, estaba casi lleno, al 80% de su capacidad. La vereda del distinguido sector financiero donde se encuentra el lujoso hotel de Yakarta estaba sembrada de sangre y cuerpos desmembrados. Los cadáveres carbonizados de dos personas que parecían ser de sexo masculino yacían en la entrada para automóviles del edificio de oficinas que se encuentra junto al hotel.


Similar a las bombas de Bali
El estallido se produjo cuando miles de trabajadores salían de sus oficinas para ir a almorzar o para dirigirse a la mezquita más cercana a orar. La explosión coincidió con juicios notables en Indonesia de militantes islámicos sospechosos de haber puesto bombas, incluido el influyente clérigo musulmán Abu Bakar Bashir, acusado de dirigir al grupo Yamaá Islamiya (Comunidad Islámica) que ha sido culpado de varios ataques contra objetivos occidentales en el país. Entre los ataques de la red Yamaá Islamiya está incluido el de octubre pasado en Bali, donde murieron 202 personas, casi todas turistas extranjeros.

El jefe de la policía nacional, general Da'i Bachtiarm, dijo que el coche bomba -una camioneta todoterreno Toyota- estalló cerca del vestíbulo del hotel y no en el sótano del inmueble, como se dijo al principio. La policía dijo que entre los muertos había un turista holandés, mientras los heridos incluían a dos estadounidenses, cuatro ciudadanos de Singapur, dos australianos y un neozelandés. Ningún argentino figura entre las víctimas.

Washington dijo la semana pasada que la red Al Qaeda de Osama Bin Laden estaba planeando nuevos ataques suicidas contra EEUU y otros países. "Agencias de inteligencia llevan meses advirtiendo sobre la posibilidad de ataques. El grueso de los miembros de Yamaá Islamiya permanece libre", dijo el experto en seguridad Andrew Tan, del Instituto de Defensa y Estudios Estratégicos de Singapur. "Esto no debe ser una sorpresa, porque en los últimos dos meses ha habido indicios de que en lugares como Indonesia se pueden esperar más ataques terroristas", añadió.

La presidenta de Indonesia, Megawati Sukarnoputri, visitó el lugar del atentado, pero no hizo comentarios a la prensa. El viernes la mandataria denunció "el fanatismo ciego" de los militantes musulmanes acusados del atentado en Bali.

Ubicado en Auningang, el distrito comercial de la capital indonesia, donde también funcionan muchas embajadas y oficinas de negocios, el hotel Marriott es muy frecuentado por la colonia norteamericana en la capital indonesia, e incluso el pasado 4 de julio, día de la fiesta nacional estadounidense, se llevó a cabo en el edificio una gran recepción. También los políticos y la elite militar locales lo utilizan para sus conferencias, aunque ninguna actividad de este tipo estaba programada ayer. No obstante, la Cámara de Comercio Estadounidense informó que varios ejecutivos estadounidenses vinculados con el sector petrolero se alojaban en el hotel al momento de la explosión.

El lujoso hotel Marriott, de 33 pisos y más de 300 habitaciones, había adoptado nuevas medidas de seguridad después de los atentados de Bali, entre las que se contaba un detector de metales en la entrada por la que debían pasar tanto clientes como trabajadores. Varios países han expresado ya su condena por este atentado, el más sangriento ocurrido en la capital indonesia en los últimos años

En los últimos meses se han producido varios atentados en la capital indonesia, el más reciente ocurrió el mes pasado en el Parlamento, aunque no se produjeron víctimas. Las fuerzas de seguridad indonesias están en alerta en las principales ciudades del país, especialmente tras el inicio en mayo pasado de la campaña militar en Aceh, destinada a acabar con el separatismo en la provincia del extremo norte de la isla de Sumatra.

Los cuerpos de seguridad del sudeste asiático reconocen que, a pesar de las detenciones de numerosos miembros de Yamaá Islamiya en la región, el grupo representa aún una amenaza para la seguridad. La de ayer fue la sexta explosión de una bomba que sacude Yakarta en lo que va de año, tras dos en febrero -una en un cuartel de la policía y otra en un descampado- otras dos en abril -en el aeropuerto y en una representación de la ONU- y la de julio en el Parlamento. (AFP y Reuters)

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El hotel resultó muy dañado por la explosión.

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