Sin ánimo de polémica

Deseamos contestarle por este medio a la Asociación Amigos del Museo de la Ciudad su carta del miércoles 30 de julio de 2003 publicada en esta sección. Sin ánimo de generar polémica, creemos conveniente hacer algunas aclaraciones: en primer término, compartimos profundamente la necesidad de preservar nuestros bienes culturales, no sólo a través del discurso sino de la puesta en práctica de acciones concretas por parte de esta gestión municipal y de la ciudadanía responsable, cuyos resultados están a la vista por las intervenciones públicas, privadas o conjuntas que se han llevado a cabo últimamente (los edificios recuperados y en recuperación sobre la barranca, esquinas como la de Laprida y Córdoba o Corrientes y Córdoba que durante años esperaron infructuosamente su puesta en valor). Con relación al caso específico que se menciona, la demolición del inmueble ubicado en Juan Manuel de Rosas 930, fue tratado debidamente por la comisión municipal de Preservación del Patrimonio Urbano y Arquitectónico, integrada por los representantes de los colegios de arquitectos, profesionales de la ingeniería, técnicos y maestros mayores de obra; centros de estudios urbanos, Facultad de Arquitectura y Escuela Superior de Museología, el mencionado Museo de la Ciudad, Obras Particulares y Programa de Preservación, estos cuatro últimos dependientes de la Municipalidad de Rosario. Sus miembros elevaron un informe donde se documenta el estado ruinoso de la edificación que data de más de diez años: ausencia de cubierta en parte de las habitaciones, deterioro avanzado de carpinterías, rotura de desagües, etcétera. Y dada la antigüedad y característica del inmueble (aunque lejos está de constituirse en "el edificio más antiguo de la ciudad") se solicitan (y efectúan) los estudios arqueológicos pertinentes al Departamento de Arqueología Urbana dependiente de la citada Escuela Superior de Museología. Como parte de dicho trabajo se efectuó una intervención arqueológica con la realización de croquis de relevamiento, pozos de sondeo con el fin de determinar potencialidad arqueológica y definir perfiles estratigráficos in situ, excavaciones sistemáticas, etcétera. Proceso éste que fue registrado gráfica y fotográficamente y cuyos materiales recuperados se trasladarán a los laboratorios para su estudio, catalogación y tratamiento de conservación. Todo este trabajo fue considerado por los especialistas como lo pertinente para indagar y conservar esos rasgos de identidad que preocupan a los señores de la Asociación Amigos del Museo. Tal vez diez o quince años atrás pudo haberse previsto esta situación como la de tantos otros inmuebles cuyos propietarios se encuentran dispersos o desentendidos del tema o que optan por lucrar con el rédito económico de un terreno. En otro extremo se encuentran aquellos que prefieren (y están en condiciones) "jugarse" por el patrimonio de la ciudad, lo cual es altamente gratificante para todos sus vecinos. Y entre ambos una extensa y matizada franja intermedia actúa consensuadamente con los organismos defensores del patrimonio, aceptando ganancias y pérdidas de ambos lados en función de aportar a la construcción de la cultura que, por definición, reproduce rasgos anteriores permanentemente, pero también incorpora lo nuevo. Y dialoga con su pasado.

Arquitectos Daniel Vidal, secretario de Planeamiento Urbano de la Municipalidad y Bibiana Cicutti, directora del Programa Municipal de Preservación del Patrimonio Urbano y Arquitectónico