| domingo, 06 de julio de 2003 | Desgaste Las dos nenas más grandes no son hijas de Osuna, pero a la segunda, de 9 años, la crió desde que tenía un año. Ella es la que más lo extraña: es imposible que se concentre en una tarea escolar, pero puede pasarse horas dibujándole un sol grande a su papá, que lo mira en la cárcel. La más chica tiene 4, y es más apegada a su mamá. "Están como zombies", dice Patricia con una palabra que parece hablar de su propio desgaste. enviar nota por e-mail | | |