| domingo, 06 de julio de 2003 | Los hinchas albos padecieron una insólita represión Nadie pone en duda que el accionar de ciertos hinchas resulta complejo para prevenir la violencia. Lo que no se entiende es la represión a la que en ocasiones es proclive la policía. Los simpatizantes de All Boys fueron víctimas de la reacción desmedida de los agentes de seguridad cuando concluyó el encuentro y los jugadores les estaban regalando sus vestimentas.
Los inconvenientes ocurrieron desde el comienzo cuando un hincha de All Boys ingresó inexplicablemente al campo de juego y los mismos jugadores albos protegieron su retirada. Por tal motivo, el árbitro Daniel Raffa demoró el inicio del encuentro. Para colmo una parte del alambrado donde estaba la parcialidad visitante se encontraba roto. Hasta ahí la policía había actuado con normalidad.
Apenas Raffa pitó el final, los futbolistas de All Boys se acercaron a su parcialidad para arrojarles las camisetas, e incluso los pantalones. Eufóricos, algunos hinchas saltaron el alambrado. Es cierto que no fue lo correcto. Pero ninguno de los jugadores de Central Córdoba permanecía en el campo de juego y los hinchas charrúas estaban a gran distancia. Entonces, en vez de detener a los intrusos, uno de los uniformados comenzó a disparar indiscriminadamente hacia la tribuna produciendo corridas entre los fanáticos de Floresta.
Al descontrolado policía lo detuvieron, entre otros, el polémico entrenador Caruso Lombardi, que intentó convencerlo para entrar en razones. En la calle también fueron reprimidos, como ocurriera días atrás con los hinchas de Estudiantes. Quienes deben mantener en todo momento la calma, estuvieron descontrolados. enviar nota por e-mail | | |