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 domingo, 06 de julio de 2003

Los especialistas advierten que el éxito todavía no es definitivo
La OMS anunció que la epidemia de neumonía atípica fue derrotada
El síndrome respiratorio agudo dejó 812 muertos y daños millonarios en los países involucrados

La neumonía atípica o síndrome respiratorio agudo severo (Sras) ha sido derrotada, pese a que los especialistas no dan el triunfo como definitivo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció ayer que la epidemia ha sido controlada en el mundo, pero invitó a las autoridades sanitarias a no bajar la guardia ante una enfermedad que afecta aún a más de 200 personas hospitalizadas en varios países.

En su carrera de ocho meses en torno al planeta, la enfermedad dejó una estela de 812 muertos y daños millonarios por menores ingresos a los países afectados.

La OMS borró ayer a Taiwán, el último país que quedaba en la lista de territorios afectados por la enfermedad, apenas cinco meses después de haber dado la primera alarma internacional. La medida fue adoptada luego de que en Taiwán no se reportara por 20 días consecutivos nuevas infecciones del mal, de un período de incubación de diez días.

Desde que estalló el brote en la provincia de Guangdong (Cantón), en noviembre de 2002 en el sur de China, el virus del Sras viajó por avión, "a bordo" de seres humanos, a 30 países o zonas en el mundo, aunque sólo en seis se convirtió en mortal epidemia.

Según la OMS, 8.439 personas fueron consideradas sospechosas de contraer la enfermedad y 200 siguen aún hospitalizadas. Algunas quedarán con lesiones pulmonares permanentes. Decenas de miles de pacientes tuvieron que someterse a cuarentena. El mortal virus forzó a músicos, turistas y hombres de negocios a cancelar sus viajes a las zonas afectadas. Pese a ello, esta lucha a la historia de la medicina como ejemplo sin parangón de colaboración internacional.

En todos los países afectados, el cuadro de transmisión fue el mismo: un viajero procedente de una zona infectada es hospitalizado; contagia allí a médicos, enfermeras y a otros pacientes; éstos, a su vez, contagian a familiares, vecinos y contactos cercanos, y la enfermedad comienza a pasar a una comunidad mayor. En las zonas afectadas, cerca del 20 por ciento de los casos fueron trabajadores de la salud.


Aún hay peligro
Pero no hay médico que hable aún de un triunfo definitivo. La OMS advierte que todavía es posible que casos no detectados se hayan deslizado a través de la red de vigilancia internacional y que sean revelados en un futuro próximo.

El virus continuará amenazando el sistema mundial de salud pública, señala la organización, que teme que se convierta en una enfermedad estacional, como se sabe de otros miembros de la familia de los coronavirus. Los expertos de la organización señalan que la fuente original de este brote podría devenir en los próximos meses. "Es posible que el virus circule aún en un reservorio animal y pueda aún trasladarse nuevamente a los humanos cuando las condiciones sean favorables", señalan.

"Para responder a estas y otras preguntas, debe continuar la investigación en torno al mal. La evidencia científica será crucial para nuestra capacidad de controlar otro brote cuando aparezca", dijo ayer la directora general de la OMS, Gro Harlem Brundtland.

"No estamos marcando hoy el fin del Sras, sino que observamos un hito: el brote mundial ha sido contenido", dijo Brundtland, al agradecer a científicos, servicios de salud pública y trabajadores hospitalarios "que asumieron el riesgo de enfrentar una enfermedad nueva y desconocida".

El éxito al menos temporal en la lucha contra la neumonía se debe sobre todo a tres factores: la OMS, que, sin tener en cuenta vanidades políticas, dio la alarma mundial e impulsó la lucha contra el virus; los países afectados que, en algunos casos tras largas vacilaciones, informaron a sus ciudadanos e impusieron drásticas medidas de cuarentena, y, por último, los médicos que intercambiaron rápidamente los resultados de sus investigaciones y echaron mano a las armas más importantes contra los virus: el termómetro, la mascarilla y la estación de cuarentena.

"Fue esta una acción concertada sin precedentes de las autoridades de salud y de los institutos de investigación", destaca el virólogo alemán John Ziebuhr, de la Universidad de Wuerzburg.

Jamás hasta ahora pudo ser identificado un nuevo agente patógeno a dos semanas de conocerse una enfermedad, ni había podido descifrarse completamente su genoma otras dos semanas más tarde. Muchos investigadores pusieron sus resultados inmediatamente a disposición en Internet, para informar lo más rápidamente posible a sus colegas. Un total de 13 laboratorios en todo el mundo intercambiaron sus resultados diariamente en conferencia telefónica.


Sospechoso silencio chino
Los médicos tuvieron que luchar contra una enfermedad que les llevaba varios meses de ventaja: el virus de la neumonía atípica se propagaba ya silenciosamente en China desde el mes de noviembre, y, al comienzo, incluso al amparo de los funcionarios de los servicios de salud pública. Mundialmente, la enfermedad comenzó a difundirse recién en febrero, por un médico que, tras un viaje por China, contagió a 16 personas tras pernoctar sólo una noche en un hotel de Hong Kong.

Señaló Brundtland que ahora la más alta prioridad en la agenda de salud pública es el desarrollo de un test de diagnóstico temprano, que distinga la enfermedad de otras respiratorias, especialmente cuando la gripe vuelva a circular por el planeta.

"El Sras es una advertencia", dijo Brundtland, señalando que la enfermedad "empujó incluso los más avanzados sistemas de salud pública hasta el punto de ruptura". Los sistemas resistieron esta vez, pero apenas, "y la próxima vez probablemente no tengamos suerte", añadió. (DPA)

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Taiwán, el último en salir de zona de riesgo.

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