| domingo, 06 de julio de 2003 | La esperada tercera parte de la saga llega a los cines de Rosario el próximo martes El regreso de "Terminator", un héroe de la vieja escuela Arnold Schwarzenegger enfrenta a una máquina con cuerpo de mujer para salvar a la humanidad Fernando Toloza / Escenario El "hasta la vista, baby" de Arnold Schwarzenegger duró mucho más tiempo de lo que todo el mundo deseaba. Luego de las dos primeras y exitosas película de "Terminator", la tercera sufrió una dilación que ventiló intimidades del matrimonio de James Cameron, el realizador de los filmes, y se transformó, en algún punto, en una comedia italiana de celos y venganzas. Alejado Cameron del proyecto y pasados doce años, finalmente la tercera parte llegó a las pantallas. En Estados Unidos se estrenó el miércoles pasado en tanto que en Rosario y la Argentina se conocerá el martes próximo.
"Terminator 3: La rebelión de las máquinas" está protagonizada por Arnold Schwarzenegger, uno de los principales defensores del proyecto, que se extenderá a una cuarta parte.
Por esta secuela se asegura que el actor cobró al menos 27 millones de dólares, y que los costos para obtener los derechos de la película se llevaron unos 50 millones de dólares más. Sin duda, todo el mundo espera un negocio jugoso, a tal punto que los estudios Warner y Sony se pusieron de acuerdo para la distribución. El primero controla el mercado estadounidense y el otro el resto del mundo, menos Japón, donde se cree que "Terminator 3" arrasará con la taquilla.
Después de las dos películas de "Terminator" Schwarzenegger no logró nada comparable. Probó con la comedia, la ciencia ficción y más películas de acción pero todo el mundo seguía esperando a la inexpresiva máquina de "Terminator"
"No importaba a qué parte del mundo fuese ni qué película estuviese promoviendo. En los últimos doce años la gente siempre me preguntaba: «¿Cuándo vas a hacer otro Terminator?»", recordó el actor después de rodar la tercera parte de la saga.
El comentario de Schwarzenegger revela la popularidad del personaje, a pesar del paso del tiempo. Para Mario F. Kassar, productor del filme, "Terminator se ha convertido en un ícono. Tiene esa cualidad que hace que quieras verlo más. Quieres que él gane, que sobreviva".
En la tercera parte Terminator se verá relamente en problemas graves para sobrevivir. En la primera entrega de la saga era una máquina que tenía que eliminar a la madre del futuro líder revolucionario. En el segundo capítulo se transformaba en el defensor de ese líder. En el que se estrena el martes vuelve a cumplir ese papel, pero tendrá que enfrentar a una máquina más poderosa y moderna, con forma de mujer, la seductora y letal T-X, en un papel de cargo de la actriz Kristanna Locken.
James Cameron, el director de "Titanic", dio un paso al costado y cedió su puesto tras las cámaras, quizá cansado de la disputa con su ex pareja (ver Historia de un éxito sorpresivo). En la tercera parte el responsable de la dirección es Jonathan Mostow, un realizador poco conocido, de quien en la Argentina sólo se vio "La batalla del atlántico", una película de submarinos.
Para Mostow el desafío fue grande ya que, según aseguró, "Terminator es quizá el personaje más famoso de la historia del cine. La caracterización de Arnold y el aspecto de Terminator son como un ícono: la chaqueta negra, las botas y los lentes oscuros. No conozco otro personaje con el cuál vayas a cualquier parte del mundo y la gente sepa cómo se viste".
La idea de Mostow fue tratar de que esa magia no se pierda y conservar los toques de humor propios de la saga, que surgen de la torpeza de una máquina tratando de asumir una personalidad humana. "Terminator es capaz de romper la tensión de escenas de suspenso con algo cómico, pero sin romper el ritmo de la historia", ejemplificó el director.
"Debido a que mi personaje en este película no es exactamente el mismo Terminator que fue regresado en el tiempo en la parte dos, tiene que aprender de nuevo el comportamiento humano, dijo por su parte Schwarzenegger y agregó: "Tiene que volver a aprender los matices del lenguaje y la interacción con los humanos. Eso creó muchas oportunidades para el humor".
El regreso de "Terminator" doce años después de su última parte trae un tipo de héroe diferente al que ha dominado en los últimos tiempos en el cine con "El Hombre Araña", "Matrix" y "Hulk" y sus hazañas digitales. Con "Terminator 3" regresa la mecánica.
El especialista Stan Winston, que había trabajado en las "Terminator" anteriores, se hizo cargo de los robos y los efectos visuales. Para la máquina de la tercera parte trabajó con un equipo de ciento cincuenta personas en aspectos robóticos y animatrónicos.
"No hay Terminators digitales o miniaturas en esta película. Cada uno de los que se ven son robots completamente reales", dijo con orgullo Winston y marcó, de paso, la diferencia con las últimas películas de aventuras producidas en Hollywood, donde el trabajo digital es fundamental.
Terminator también se diferencia porque sus métodos de lucha no son las artes marciales, como en la popular "Matrix". Terminator es una máquina capaz de resistir y dar golpes mortales. Y tanto el director como Schwarzenegger sabían que esa una de las marcas de fábrica de la saga.
"Nos mantuvimos alejados de los movimientos de artes marciales en la coreografía de la pelea. Hubiera sido ridículo para Terminator bloquear un golpe, porque él está hecho de acero. Si T-X lo golpea en la cabeza, él se queda donde está, absorbe el golpe y luego la arroja contra la pared", afirmó Schwarzenegger, quien entrenó todos los días hasta seis horas para volver a tener el físico que ostentó en la segunda parte de la saga, hace doce años. Una verdadera eternidad para los fans del robot, quienes a partir del martes próximo podrán comprobar si su ídolo sigue estando a la alturas de sus expectativas. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Locken y Schwarzenegger son máquinas del futuro. | | |