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 domingo, 06 de julio de 2003

Se sobrecumplirán los compromisos asumidos con el FMI
El superávit fiscal del semestre superará en 500 millones las metas
Hacienda advierte que será imposible llegar en el futuro al 4% del PBI, tal como pide el organismo multilateral

El Ministerio de Economía informará entre mañana y el martes que el superávit fiscal superó los 5.000 millones de pesos en el primer semestre, cifra que estará por encima de la acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), informaron fuentes oficiales. Sin embargo, desde la Secretaría de Hacienda que dirige Carlos Mosse se desestimó que bajo las actuales circunstancias se pueda lograr un superávit de entre 4 y 5 puntos del Producto Bruto Interno (PBI), excedente destinado a pagar la deuda externa, tal como plantea el organismo en algunos documentos internos.

"El Tesoro cerró junio con un superávit de 600 millones de pesos, y si a eso se le suman algunos ahorros en el sector público rondaremos los 800 millones", dijeron fuentes de Hacienda. Si a esta ganancia se le suma que los cinco primeros meses cerraron con un superávit fiscal de 4.200 millones de pesos, el saldo positivo estará cercano a los 5.000 millones.

Para el martes está previsto que Mosse se reúna, por primera vez desde que asumió en mayo, con los funcionarios del FMI, que se encuentran en el país analizando el cumplimiento del acuerdo de refinanciación firmado en enero.

La meta prevista en ese acuerdo alcanza los 4.500 millones, lo cual podría llegar a determinar la existencia de un sobrecumplimiento cercano a los 500 millones.

Antes de que se dieran a conocer las cifras oficiales, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, había anticipado el cumplimiento y fustigó a quienes lo criticaron.

"Cuando firmamos el acuerdo, nadie creía que íbamos a cumplir con el superávit fiscal de 1.500 millones en el primer trimestre y lo cumplimos. Entonces dijeron que esa meta era fácil y que lo difícil sería cumplir con los 4.500 millones del segundo trimestre, pero vamos en camino a hacerlo", dijo el ministro.

Por su parte, Mosse destacó que un aumento de ese tipo en el superávit fiscal "tiene como base no sólo la prolijidad en el gasto público, sino también un mayor nivel de recaudación, para lo que se han propuesto la reforma tributaria, junto a un aumento de la actividad económica".

Sin embargo, Mosse consideró "muy difícil en el corto plazo" aumentar la meta pactada con el Fondo del 2,5% del PBI para todo el año, excedente que se destinaría para pagar intereses de la deuda.

Estas palabras toman mayor sentido a la luz del documento interno del FMI que informaba sobre pautas que demandaría el organismo a Argentina, para llegar a un nuevo acuerdo a tres años de plazo.

Allí se le exigía un superávit fiscal superior al 4 por ciento del PBI, implementar por decreto la compensación a los bancos, dar marcha atrás con la ley de protección a los bienes culturales, algo que hasta ahora no ocurrió. Se plantea además la exigencia de elevar los ingresos fiscales, "disciplinar" las cuentas públicas de las provincias, reducir el número de bancos, empezando por la banca pública y asegurar las inversiones de las privatizadas.

Todo esto es parte del decálogo que, desde la salida de la convertibilidad exige el sector financiero, las empresas extranjeras radicadas en el país, y el Fondo.


Los Boden de la discordia
Lo que más afectó a Economía fue que el documento hablaba sobre la inclusión en la restructuración de la deuda con los acreedores privados de los Boden emitidos por el gobierno de Eduardo Duhalde y el de Néstor Kirchner, lo que podría haber generado incertidumbre.

Ante esto, Lavagna se encargó de desestimar esa posibilidad, y calificó de "pillería" la maniobra para imponer una fórmula que beneficiaría a los tenedores de deuda en default, tomada a altas tasas durante la convertibilidad, y perjudicaría a quienes recibieron o compraron los Boden.

Esta controversia precedió la llegada de los representantes del FMI quienes analizan las cuentas públicas e inician las negociaciones para lograr, antes de septiembre, un acuerdo a tres años.

En Hacienda consideran que en la actual coyuntura económica, y hasta que no se ponga a pleno el plan de infraestructura, las inversiones privadas, y las reformas fiscales, será difícil que superávit crezca siquiera al 3 por ciento del PBI.

Para este año el gobierno se comprometió a alcanzar un superávit primario de 10.000 millones de pesos, que significan un 2,1 por ciento del PBI. El tema es que el FMI está planteando una meta del 4% del PBI para el 2004, que significarían una cifra de 20 mil millones de pesos, que el gobierno sostiene será imposible de cumplir.

Se estima que el paquete tributario y de antievasión que remitió el Poder Ejecutivo al Congreso hace dos semanas le significará al Estado un ingreso extra de 2.000 millones de pesos, y de allí al 4% del PBI hay un largo trecho.

Para el mes de septiembre la Argentina deberá pagar al FMI u$s 3.100 millones. Si bien quedan menos de 60 días para septiembre, Lavagna destacó que "hay tiempo" para llegar al nuevo acuerdo, porque, entre otras cosas, "hay un programa en marcha que ha demostrado su efectividad".

Si no se llega a un arreglo, el país se vería expuesto a la necesidad de utilizar reservas para afrontar los pagos, a riesgo de ingresar en default con los organismos internacionales de crédito. Si se tienen en cuenta todos los acreedores multilaterales, en el último cuatrimestre vencerán obligaciones por 10.800 millones de dólares, casi el 90% de las reservas del Banco Central.

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Horst Koehler junto a Roberto Lavagna.

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