Arequito.— Más de dos mil vecinos de esta localidad estallaron en ira cuando se conoció el asesinato de Luis Cignoli, un joven que ayudaba a su padre en la atención de la gomería del pueblo y los fines de semana trabajaba como custodio de un boliche bailable. El homicidio lo cometieron dos hombres pertenecientes a familias relacionadas al delito y otros crímenes que conmovieron a la comunidad. Por eso los pobladores, impulsados por la impotencia, descargaron toda su furia en piedras que llovieron contra la sede policial donde se encontraban detenidos los acusados y quemaron dos autos estacionados en el lugar. Tras ello, una feroz represión policial con gases lacrimógenos y balas de goma tiñó de sangre las calles dejando heridos a una decena de manifestantes. Sólo la mediación del cura párroco Ariel Barbero logró aquietar los ánimos de los vecinos agolpados en las calles y de los efectivos que no cesaban de usar sus armas al ver que algunos de ellos también eran heridos por los proyectiles. Al llegar la noche la calma pareció retornar al pueblo y al cierre de esta edición una multitud se agolpaba en el velatorio del muchacho asesinado.
La espontánea movilización de los vecinos comenzó a media mañana de ayer frente a una emisora radial. Le gente llamaba a protestar y en menos de una hora más de dos mil personas estaban congregadas frente a la sede policial de esta localidad de 7 mil habitantes, ubicada a 85 kilómetros de Rosario, y conocida por contar entre sus coterráneos a Soledad Pastorutti y ser la capital nacional de la soja.
En medio del desborde, un grupo de manifestantes ingresó a la comisaría por el patio e intentó linchar a quien la policía sindica como testigo presencial del homicidio, Jorge Bled, hermano del autor del crimen de Stella Maris Godoy, en esta misma localidad el año pasado (ver página 30).
El otro detenido, Carlos Núñez, había sido traslado a la alcaidía de Casilda antes de que se produjeran las primeras escaramuzas y después de haber asumido que fue él quien hirió de muerte a Cignoli, según dijeron fuentes policiales que lo acusan por el homicidio.
Los manifestantes que no alcanzaron a entrar a la comisaría se agolparon frente a la sede policial para arrojar piedras y palos y esto derivó en una violenta represión. El enfrentamiento se prolongó durante horas y la policía no logró contener la situación a pesar de que varios móviles de apoyo llegaron desde distintas localidades del departamento Caseros. Cuarenta efectivos de la Unidad Regional IV y unos 20 de la Guardia de Infantería y las Tropas de Operaciones Especiales participaron del frustrado operativo de seguridad en el que decenas de vecinos resultaron heridos. Entre ellos, un camarógrafo y un periodista del canal 2 de Cruz Alta.
Sólo la mediación del cura párroco Ariel Barbero logró aquietar los ánimos de los vecinos. En medio del dolor y la conmoción por la muerte de su hijo, Alicia y José Luis Cignoli también pidieron prudencia y cautela al resto de los pobladores.
Las voces de la indignación
"Estamos indignados por la seguidilla de crímenes que se produjeron aquí en los últimos años y cuyos autores forman parte de la misma banda que asesinó a Luis", contó indignada Marta, una de las vecinas que salió a la calle a protestar.
Para los arequitenses, los delincuentes cuentan con protección policial. "Siempre son las mismas personas las que roban y matan. Arequito dejó de ser un pueblo tranquilo y esto es coincidente con la llegada de estos personajes que no son de acá", dijo un vecino indignado. La gente apuntó así contra el otro foco de la rebelión, algunos políticos locales que "permitieron el ingreso de personas foráneas a cambio de votos", aseguraron.
"No podemos dejar salir a nuestros hijos a la calle por miedo a que los maten a sangre fría como hicieron con Luis", dijo una mujer y agregó que "la inseguridad y la impunidad son moneda corriente, aunque muchos quieran negarlo". Para la vecina, esa es la explicación de la violenta respuesta que generó el homicidio de Cignoli. "No es casualidad que la gente reaccione de la manera que lo hizo", indicó.
A pesar de que para los investigadores el caso esta prácticamente esclarecido, en Arequito dudan de que Núñez haya sido el único autor del homicidio. Algunas versiones sostienen que Bled habría apretado a Cignoli contra la puerta de su vehículo para inmovilizarlo mientras su cómplice le asestaba la mortal puñalada.
El principal acusado, Carlos Núñez, quedó detenido en Casilda a disposición de Nogueras. Bled también fue alojado en la Unidad Regional IV, aunque por razones de seguridad, ya que la policía asegura que no tiene responsabilidad en el crimen.
Es que los apellidos de estos dos hombres son muy mal conocidos. Hace unos años una anciana de Arequito fue asesinada por uno de los hermanos de Núñez que aún está prófugo. Otro hombre de la familia fue detenido después de confesarse autor del asesinato de su compañero de vivienda, conocido como Coreanito. En tanto, uno de los hermanos de Bled está preso y procesado por el crimen de de Stella Maris Godoy, ocurrido en julio de 2002.
El descontento por este último homicidio fue el disparador de los reclamos que ayer volvieron a esgrimir los arequitenses. "La muerte de Stella generó mucha bronca y esto rebasó el vaso", dijo una vecina.
Sumidos en la impotencia, los pobladores de Arequito aseguraron a coro que no reivindican la violencia "pero la única manera de hacernos escuchar es estando en la calle y protestando", dijeron y ante la sensación de impunidad, aseguraron: "Si pudiéramos hacer justicia por mano propia, lo haríamos".