Miguel Angel Russo celebró de manera muy especial el triunfo clave de Central en Mataderos. En todo momento trató de contener su alegría y de ocultar su emoción pero no pudo. El triunfo de ayer significó para el técnico canalla la concreción del difícil objetivo planteado en el inicio de su etapa: sacar a Central de la crisis del descenso. "Si me iba al descenso con Central no hubiera podido caminar por las calles de Rosario", dijo Russo, en medio de un clima de alivio, luego de muchos meses de penar por un promedio que lo agobiaba. "Mis jugadores entendieron que mantenar la categoría era la vida, en Central no hay otra forma de comprender esta lucha", agregó el DT. Luego el conductor auriazul se sinceró, y contó todo lo que recibió de los hinchas durante estos meses. "No puedo dormir pensando que nos podemos ir al descenso", dijo que le decía la gente por la calle. Ahora les puedo decir, duerman tranquilos porque ya zafamos del descenso. Yo los entiendo perfectamente, en Central perder la categoría es como perder la vida". En cuanto al partido de ayer, el entrenador destacó que es muy complicado jugarle a Central de igual a igual, y que fueron muy pocos los equipos que se animaron a hacerlo. Entre ellos Nueva Chicago, con los resultados a la vista. Russo destacó también que el mayor mérito de este grupo fue manejar la ansiedad durante todo este proceso. "A veces jugamos bien, otras mal y otras regular, pero nunca perdimos de vista que el máximo objetivo fue mantener la categoría". Con relación al futuro y la posibilidad cada vez más creíble que tiene Central de entrar en torneos internacionales (Sudamericana 2003 y Libertadores), Russo señaló: "Todavía no quiero pensar en eso porque no sé con qué jugadores voy a contar. Tal vez tenga que armar un equipo nuevo. Prefiero no poner la mesa antes de saber qué voy a cocinar". La satisfacción que mostró ayer el pueblo canalla fue evidente. Y el técnico de Central quiso agradecer especialmente a sus jugadores por el crucial triunfo logrado. "Mi equipo entendió el mensaje y todo salió bien. Ya sumamos treinta puntos y todavía tenemos nueve en juego. Después de tanto esfuerzo necesitábamos regalarnos una victoria como la que conseguimos hoy (por ayer)". Después Russo continuó diciendo que su equipo a veces ofrece menos de lo que puede dar, pierde el control de la pelota o la juega con imprecisión. Y que esto ocurrió también ayer en Mataderos. Pero cree que es parte del proceso de maduración de un grupo de jugadores que todavía tiene mucho por aprender. "A pesar de la juventud de mis jugadores, en muchos momentos supimos aprovechar la desesperación del rival, como ocurrió ayer. Fue cuestión de esperar el momento preciso y golpear para definir el partido. Se veía venir que Central iba a terminar goleando. Por suerte se dio", finalizó el entrenador ganador.
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