Central enterró los fantasmas en Mataderos. Con la trascendente victoria de anoche ante Nueva Chicago (3-0) se sacó de encima casi por completo la pesada mochila del promedio y dejó atrás una temporada plagada de temores y dudas. Si hasta parecen un recuerdo lejano las tardes y noches en que sus hinchas convivían con los nervios elevados hasta el límite de lo imposible haciendo fuerza para sacarlo del fondo de la tabla. Ahora, y pese a no tener ni tiempo ni margen para relajarse porque se viene Unión, en el Gigante, puede darse el lujo de mirar el horizonte inmediato con otros ojos y empezar a soñar con alguna copa.
Los canallas llegaron a Mataderos sabiendo que se jugaban una final ante los locales, y afrontaron el desafío de ese modo. No se corrieron ni un instante de su objetivo, ni al principio cuando se transformó en amo y señor del partido, ni cuando debió defender con dientes apretados la diferencia que había conseguido. Ni al final cuando el Torito, empujado por la necesidad y su gente, lo quiso llevar por delante. En todo momento tuvo la autoridad suficiente para salir a flote, y si sufrió un poco fue más por sus equivocaciones en la definición que por lo que pudo generar su rival. Un rival del que se esperaba bastante más de lo que mostró, aunque eso también fue mérito de Central. En realidad, las únicas situaciones claras de las que dispuso Chicago fueron por los errores no forzados del arquero Gaona, que quedó pagando en tres oportunidades y pusieron, sobre todo en el primer tiempo, un manto de dudas sobre el resultado final.
No obstante esto, el aplomo fue el común denominador de los 90 minutos cuando en la previa la ansiedad parecía ocupar y con razón el centro de la escena. Pero la perseverante decisión con la que encaró el partido, su practicidad y pragmatismo para llevarlo adelante y su eficacia para definirlo fueron los argumentos que exhibió para legitimizar una victoria tan necesaria como merecida.
De todos modos, a esta altura es necesario, y hasta prudente, aclarar que matemáticamente todavía puede volver a la zona de promoción, según los resultados de las tres fechas que restan, pero si repite lo de ayer es muy difícil que le suceda. No sólo por la decisión con que encaró el partido sino también por que tiene muy claro su objetivo y la manera de lograrlo.
El gol tempranero de Figueroa, en el mejor momento de los auriazules en el partido, fue un baldazo de agua fría para un tibio Chicago, que le ofreció más espacios en defensa de los que Central ya había conseguido con su juego. Y el festejo de Vitamina Sánchez -el jugador más claro del partido-, en otro gol psicológicamente clave en el desarrollo, planchó por un rato a un león que estaba herido de muerte. Después de eso, el partido se consumió entre las contras de Central, ante una defensa que jugó todo el tiempo en línea y al límite de la cornisa, y la impotencia en ofensiva de los de Mataderos ante una defensa que sólo encontraba alguna mancha en su dubitativo arquero.
Es cierto que Central no fue una máquina ni mucho menos, pero hizo lo que tenía que hacer: ganar, que ayer no era lo más importante, sino lo único trascendente para dejar casi en un recuerdo el tema del promedio. Y aunque, las matemáticas puedan desmentirlo a corto plazo, fue el fin de la larga noche que padeció Central. Tal vez como para que la recompensa sea mayor y la satisfacción sirva de consuelo por tanta espera.
Síntesis
N. Chicago 0: Orcellet 5; Testa 4, C. García 5, Poli 4 y Barbona 3 (71' Serrano); Santana 5, Huerta 6, Couceiro 4 (61' Jesús 4) y Amaya 4; Carreño 4 y Ceballos 4. Suplentes: De Oliveira, Aguirrez y Parraguez. DT: Néstor Gorosito.
R. Central 3: Gaona 4; Ferrari 5, Talamonti 6, Carbonari 7 y D. Díaz 6; Messera 5 (59' Leonforte 5), D. Quinteros 6, Gvo. Barros Schelotto 6 (73' Pino) y P. Sánchez 8 (81' Papa); Delgado 7 y Figueroa 7. Suplentes: Castellano y Mandra. DT: Miguel Russo.
Cancha: N. Chicago.
Arbitro: Gabriel Brazenas (5) \Goles: 18' Figueroa (RC), 48' P. Sánchez (RC) y 85' Pino (RC).
Amonestados: D. Díaz y Ferrari (RC); Couceiro, Carreño, Santana y Testa (NCH).
Expulsados: No hubo.