En el rojo de Avellaneda los giros son de 180 grados o no son. De aquella célebre frase de su presidente Andrés Ducatenzeiller acerca de las características que debería ofrecer el nuevo entrenador a esta catarata de versiones sobre incorporaciones que prácticamente sugieren un equipo nuevo para el Apertura. Hasta podría arriesgarse un cambio de Mesías: del más empresario Daniel Grinbank al más futbolero Gustavo Mascardi. Hasta se susurra que a Gallego lo echaron los empresarios. "Lo primero que debe decir el nuevo DT es que está dispuesto a ponerle el hombro al club, que está consustanciado con el proyecto". Palabras más, palabras menos, el presi intentó persuadir a los candidatos para que interpongan sus deseos al dinero. Ahora parece que todo pasa por el recambio; o sea por la plata. Sin el vil metal es imposible pensar en un plantel más competitivo. Como si eso no fuera suficiente, en las últimas horas sonó por la zona de la doble visera el nombre de Claudio Paul Caniggia, recientemente desvinculado de Glasgow Rangers, flamante campeón del fútbol de Escocia por diferencia de goles sobre el eterno rival Celtic Glasgow. Parece una idea alocada, casi irrealizable, pero de ninguna manera debería descartarse si se toman los últimos y desconcertantes movimientos del último campeón del fútbol argentino. De un día para el otro el Tolo Gallego pasó de héroe a villano, Ruggeri se puso el buzo y habló de la mística roja, a Grinbank parece se le terminó la pasión por los colores del corazón, Mascardi sacó la calculadora... Y Cani podría volver. Demasiada movida para tan breve lapso.
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