Un Independiente intrascendente y un Nueva Chicago calculador dejaron en el estadio de la Doble Visera un cero a cero tan frío como la noche. El Independiente de Ruggeri de ninguna manera hizo algún aporte como para entusiasmar a un público que, es sabido, hubiera preferido que los dirigentes contrataran a otro entrenador. El Chicago de Néstor Gorosito le dio prioridad al punto como visitante ante un grande en un intento por escaparse de la zona de Promoción. El primer tiempo tuvo un arranque prometedor, pero el efecto duró poco y cayó en la intrascendencia. En los primeros 10 minutos fue Chicago el protagonista porque logró apoderarse de la pelota. Durante ese lapso, a los de Mataderos le anularon correctamente una conquista de Ceballos, por posición adelantada. Para defenderse Chicago jugó al límite y apostó a dejar a los adversarios en posición prohibida. En un descuido de los visitantes quien se escapó fue Guiñazú, pero definió muy mal cuando estaba cara a cara frente a Orcellet. A partir de esa escena aparecieron con mayor continuidad Pusineri e Insúa y los rojos pasaron primero a equilibrar el juego y luego a dominarlo. El último cuarto de hora fue deslucido y al árbitro Juan Pablo Pompei se lo vio una vez más permisivo e incompetente. Las primeras conclusiones que dejó el Independiente de Ruggeri resultaron desfavorables porque hubo abuso del pase largo en la salida y tuvo menos volumen de juego. Chicago afrontó el segundo tiempo todavía con mayor cautela y sumó poca gente en la ofensiva. La segunda parte del compromiso fue todavía peor que la anterior porque Chicago se aferró al punto aliviador de su promedio e Independiente de nuevo resultó víctima de su impotencia. (DyN)
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