Gustavo Beytelmann pasó un cuarto de siglo en Francia y, sin embargo, no perdió el cáustico humor que caracteriza a los argentinos. "Estoy tranquilo porque con los músicos que toqué mientras vivía en Rosario podría llenar el teatro", comentó, en plan bromista, el artista músico. Su propuesta, que mixtura tango y jazz, se explica por la formación del músico: "Mi papá era un violinista aficionado que tocaba jazz y tango, y yo los practiqué desde que tengo uso de razón, sin fronteras -dijo-. Puedo recordar «El choclo» o «Caravan», eso para mí fue natural". No obstante, admitió que el tiempo que vivió lejos de su tierra marcó a fuego su obra. "La gente redescubre en el exilio que el tango es muchísimo más importante en su vida de lo que ellos siempre creyeron. Pero yo toqué tango de toda mi vida y en Rosario lo hice con Domingo Federico", concluyó.
| |