A pesar de estar cubiertos por el barro y sufrir el rigor del frío y la lluvia durante toda la jornada de ayer, ninguna de las 40 familias que están alojadas en las carpas aceptó la idea de evacuar el lugar, no obstante de contar con la decisión judicial de regresar a los centros de evacuados si lo desean. La situación comenzó a complicarse a partir de la intensa precipitación que se desplomó sobre Santa Fe, cuando en muchos casos el agua se filtró por el piso y el techo de las carpas italianas, nadie podía ir a los baños en medio de un lodazal y los chicos temblaban de frío con la ropa empapada. La lucha para frenar el agua de los chaparrones y los relámpagos en medio de la oscuridad convirtieron al sector en un infierno en la noche del domingo. Hubo protestas y quejas. Augusto, un jefe de familia que tenía su vivienda en Villa Oculta con nueve hijos es uno de los pobladores del barrio, y no disimula su bronca: "No vino nadie y como siga esto así vamos a tener que salir en canoa de las carpas. No sabemos qué hacer, porque tenemos que estar todos encerrados". Los inundados coincidieron en preguntar a quién se le pudo ocurrir instalar un barrio de carpas en un lugar casi contiguo a donde hace pocos días el Salado hizo estragos, además en un piso de tierra y sin drenaje cuando debían ser ubicadas en piso firme, con un techo adicional, en un lugar cubierto. además estuvieron mal montadas. Las carpas están confeccionadas con una tela gruesa recubierta con otra más fina, pero no se dejó separación entre ambas para que el agua no filtre y cumpla una función de aislamiento térmico, un detalle ahora solucionado.
| |