Sergio Faletto / Ovación
La voz de Graciela todavía estaba invadida por una inmensa alegría. En la apertura del diálogo con Ovacion la emoción condicionaba la fluidez de sus palabras. Pero la mamá de Guillermo Coria se fue soltando con el transcurrir de la conversación. "Esto es maravilloso para todos, tenemos una felicidad enorme, y desde que terminó el partido los teléfonos no pararon de sonar", relató con el nerviosismo lógico la única mujer de la familia Coria, ya que el ganador del Masters Serie de Hamburgo tiene dos hermanos, Federico de 11 años y Román de 19. "Seguimos cada instante del partido por televisión, sufrimos y gozamos cada tanto, y apenas concluyó la final nos comunicamos con Guillermo para compartir la alegría y saber cómo estaba", comentó Graciela desde Venado Tuerto. Claro que la algarabía por la trascendental victoria de Guillermo se multiplicó enseguida porque "nuestra casa se invadió por una gran cantidad de amigos, que vinieron para festejar con nosotros", explicó Graciela. "Y aún estamos en plena celebración, porque ya son más de las cuatro de la tarde y todavía estamos almorzando en la casa de unos amigos. Es que somos conscientes de que esto se festeja hoy y ya mañana hay que pensar en el torneo que viene", analizó la madre de Guillermo. -¿Y cómo está Cacho, el papá de la criatura? -Eufórico también, por supuesto, también está atendiendo los teléfonos, porque la verdad que nos llamaron de todos lados. Es que Guillermo es muy querido. -¿Es cierto que Cacho fue a misa después de la gran victoria? -Sí, es verdad. -¿Pero va siempre o fue en esta ocasión para agradecer? -Va siempre a misa, siempre para agradecerle a Dios. -¿Cómo vivieron el partido los hermanos de Guillermo? -Federico, el más chico, con nosotros, en cambio Román lo vio en una confitería junto a sus amigos. -¿Ellos también juegan al tenis? -El más chiquito sí, interviene en torneos nacionales, en cambio el otro estudia en la universidad porque quiere ser contador. -¿Por qué usted y su esposo no viajaron a Hamburgo? -No somos de viajar, pero hablamos todos los días con Guillermo. -¿Además de sufrir por el trámite del partido como mamá debe padecer cuando Guillermo tiene problemas por los calambres? -Sí, ni te imaginás. No sólo por los calambres, también por esas ampollas que le salen en los pies. -Algunos especialistas del tenis sostienen que Guillermo tiene muchas condiciones para convertirse en el número uno del mundo... -Ojalá, Dios quiera que lo logre, fundamentalmente por él, porque sé todo el esfuerzo que hace. Pero como te dije al principio de la charla, hoy festejamos la conquista de este torneo, pero ya mañana estamos viviendo la ansiedad del que viene. Y Guillermo como nosotros sabemos que cada competencia es sacrificio, trabajo y mucho esfuerzo. Por suerte todo esto se ve recompensado con la alegría y el orgullo que sentimos ahora y que estamos compartiendo con todo Venado Tuerto y seguramente también con el resto del país.
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