Año CXXXVI
 Nº 49.831
Rosario,
domingo  04 de
mayo de 2003
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Hallan un osario en Babilonia, testimonio cruel de Saddam
La fosa común es de los tiempos del levantamiento shiíta del 91. Ya exhumaron 35 cadáveres

Mohamed Hasni

Babilonia, Irak.- Treinta y cinco pilas de huesos, una multitud emocionada hasta las lágrimas y el ruido de las excavadoras removiendo la tierra: al sur de Babilonia, los habitantes acaban de exhumar ayer un osario, testimonio de las atrocidades del régimen de Saddam Hussein. Según vecinos que llegaron al lugar, la fosa común es de los tiempos del levantamiento popular que siguió a la guerra del Golfo en 1991 y fue reprimida sangrientamente por el régimen.
La obstinación de un padre cuyo hijo desapareció durante el levantamiento shiíta de 1991 llevó al descubrimiento de este osario ubicado entre un ruta y un pequeño canal, a 100 kilómetros de Bagdad. "Mi hijo fue detenido en 1991, después de los disturbios. En el hospital me dijeron que había sido enterrado, junto con otros, en el sur de la ciudad", declara Mohi Jabbar Hamza, habitante de Babilonia. Otros testigos se le suman. "En 1991 vi como una topadora cavaba una fosa y cómo luego un camión arrojaba un cargamento que en seguida fue cubierto de tierra", indica Salman Jari, de 33 años.
Por provocación o por negligencia, los torturadores del ex régimen de Saddam Hussein enterraron a las víctimas a pocos metros de un mausoleo shiíta, el de Bakr ben Ali ben Bakr, cuyo domo verde domina el llano paisaje.
En medio de una confusión general, la gente aparta un hueso por aquí y un jirón de vestimenta por allá. Otros llegan corriendo al lugar y no tarda en armarse un embotellamiento de coches antiguos.
Entre los cráneos secándose al sol, algunos corresponden a niños de 10 a 12 años. Una cabellera abundante indica si un cadáver pertenece a un mujer. Algunos cráneos se ven cortados, lo que lleva a decir a un habitante que los torturadores seguramente utilizaron sierras eléctricas.

La magnitud del desastre
Dos soldados norteamericanos se acercan y constatan rápidamente la magnitud de los dos desastres: el del osario, prueba contundente contra el antiguo régimen, pero también el causado por los métodos empleados para exhumar los restos. "Están en vías de destruirlo todo, lo que va a complicar toda tarea de identificación", dice uno de los soldados, sin indicar su nombre. "La situación es altamente emocional y muy delicada", dice el otro, que se presenta únicamente como David.
Los soldados piden a la multitud que desaloje el lugar para que los especialistas del ejército puedan "documentar otro aspecto de las atrocidades de Saddam Hussein". Los habitantes se niegan. "Hay que seguir cavando porque quiero encontrar aunque sea un pequeño rastro de mis dos hermanos, que desertaron el ejército antes de ser arrestados", dice Ahmed Saleh, de unos 40 años.
Los pobladores de Babilonia dicen conocer a los torturadores. El nombre más repetido es el de Habib Tomaa, ex jefe local del partido Baas. También se nombra a sus asistentes Ali Obeid y Abu Zeineb. "Ali Obeid se esconde en un huerto. Fue atacado ayer pero logró escapar", dice un comerciante que, por un reflejo añejo, se niega a revelar su identidad. (AFP)



Soldados de EEUU observan que hay osamentas de niños.
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