La banda roja ya no es patrimonio exclusivo de la camiseta de River. En la actualidad, la barra brava de River -que el domingo pasado fue protagonista junto a la de Newell's de uno de los hechos de violencia más sangrientos de los últimos tiempos- aparece como la más peligrosa y sofisticada del país, ya que no sólo muestra crueldad en los enfrentamientos sino que también cuenta con una estructura tan amplia que se dedicaría a prestar un amplio y variado menú de servicios. El crecimiento organizativo de la barra brava millonaria incluso originó un cambio de denominación por parte de los efectivos policiales, ya que los que habitualmente eran llamados Borrachos del Tablón, ahora son calificados como Nueva Ola. A tal punto llegó la constante mutación interna del grupo de los violentos de River, que hasta el año último la barra era comandada por el Zapatero, quien tenía como vicepresidentes a Luisito y el Diariero, pero ambos debieron dimitir para desaparecer de la escena luego del asesinato de un hincha de Independiente, en el que estuvieron involucrados. Una especie de ministros eran Joe y el Turco, pero todos ellos buscaron un blanqueo al mejor estilo de la Doce (barrabrava de Boca), y se dedicaron a organizar rifas, colectas y donaciones a distintos comedores. Pero estos gobernantes mayores de 30 años sufrieron un duro revés cuando el 10 de marzo de 2001, en un viaje a Córdoba, la policía los detuvo por portación de armas de grueso calibre, cocaína, armas blancas y billetes falsos. Este episodio, y otros que se sucedieron ante Boca, fueron debilitando al Zapatero, quien ya no tenía obediencia debida en el grueso de los barrabravas, por lo que día tras día se quedaba sin poder de mando. Paralelamente, crecía en cantidad y organización una nueva estructura de la barra, que tuvo su primera aparición pública con las apretadas a los jugadores de River después de haber perdido tres clásicos frente a Boca. De esta forma, en mayo de 2000, la Nueva Ola se presentaba en sociedad. La Nueva Ola está compuesta por jóvenes de entre 20 y 25 años, todos integrantes de un grupo autodenominado los Patovicas, y que tiene como referentes a Alan, Adrián y Pitu. No obstante el crecimiento sostenido de este núcleo, la Vieja Guardia mantenía cierto protagonismo, pero lo terminó de perder cuando el 3 de marzo del año pasado la barra de River intentó sorprender a la de Nueva Chicago en la zona aledaña al Monumental, pero los de Mataderos fueron alertados y los millonarios se llevaron la peor parte, quedando con varios apuñalados en un hospital. Tras este intento fallido, la Nueva Ola saltó al poder y puso en funcionamiento sus diferentes actividades, optimizando el sistema de la emboscada para el rubro enfrentamientos. Hoy la barra brava de River es conducida por los Patovicas, quienes para asegurarse el consenso político prometieron dinero, trabajo, herramientas y mano dura con las barras rivales, todo bajo la idea de convertirse en la más brava de las barras. Cuerpos musculosos, cabello corto, prolijos tatuajes y difícil temperamento son las características más salientes de unos 50 individuos que componen el sector principal de la barra brava riverplatense, aunque la mesa ejecutiva está integrada por unos 20. Eso sí, todos son socios del club. Este grupo se divide las actividades según los trabajos a desarrollar, y algunos tienen como tarea específica la organización de los viajes de corta y larga distancia, aunque difícilmente formen parte del pasaje, ya que como todos gozan de un buen pasar económico se movilizan en camionetas 4 x 4 o automóviles importados de gran porte. En los últimos episodios que protagonizaron quedaron en el medio de la muerte, aunque existirían suficientes elementos para afirmar que los mismos también se trataron de emboscadas pergeñadas por los millonarios. Los Patovicas ya demostraron su violenta capacidad de acción y lograron cumplir una de sus promesas electorales: convertir a la barra de River en la más violenta de la Argentina.
| |