Año CXXXVI
 Nº 49.820
Rosario,
martes  22 de
abril de 2003
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Setenta llamadas para aportar datos tras el crimen de la nena de 12 años
El Loco de la Escopeta usó un arma calibre 12.70 a no más de seis metros
Lo refrendaron pericias balísticas y planimétricas. No existe aún una pista sobre el misterioso criminal serial

La policía estableció ayer que el hombre que el sábado disparó contra un colectivo urbano y mató a una nena de 12 años en 27 de Febrero al 2500 utilizó una escopeta de calibre 12.70 con un cartucho de munición de acero gruesa. Y también supo que el agresor, según las pericias planimétricas, abrió fuego a una distancia no mayor a seis metros del asiento de la chica. Proximidad que para los investigadores no implica, sin embargo, que pudiera haber elegido a su víctima.
El antecedente más reciente que exhibe el tirador en el uso de munición de acero es el 9 de marzo pasado. Fue en Avellaneda al 900 contra un coche de la línea 121. Los disparos, que hirieron a una mujer, eran de calibre 12.70. Es decir: el mismo que se utilizó en el ataque de hace tres días.
La convocatoria a aportar datos que permitan identificar al sigiloso criminal saturó ayer las líneas de la Jefatura de Policía. Hasta el final de la tarde se habían producido 70 llamadas de gente sensibilizada por la acción del Loco de la Escopeta. Pero ninguna ofreció información que permitiera el armado de una pista sobre el misterioso tirador que desde hace once años ataca observando un ritual de conducta coherente.
La prueba planimétrica también confirmó que el disparo tuvo una trayectoria ascendente, algo que ya se había informado ayer, y refuerza una idea que la policía nunca puso en cuestión: que el escopetazo se produjo desde un vehículo en desplazamiento. Es por esa cuestión, la del movimiento doble del auto y del ómnibus, que se presume que el tirador no pudo haber escogido a su víctima.
El jefe de la policía local, comisario mayor Luis Pogliese, invirtió la mañana hablando con los periodistas. A todos les dijo lo mismo: que la fuerza hará "todos los esfuerzos posibles" para identificar al asesino de la escopeta y que las personas que puedan colaborar con los investigadores no se amparasen en el silencio.
La respuesta fue inmediata. Los teléfonos de la Jefatura no pararon de sonar todo el día y los agentes de la Brigada de Homicidios y de otras oficinas policiales pasaron horas tratando de apuntar los datos con alguna lógica. Como dijo el jefe de esa repartición, José Luis Juárez, las llamadas eran "una maraña" difícil de ordenar donde había de todo, desde datos que pueden ser útiles hasta comentarios sin ningún sentido. Al final de la jornada, sin embargo, los investigadores no tenían un camino para orientarse.
Con todo, la tarea más compleja era tratar de reunir información sobre los más de 70 ataques atribuidos al Loco de la Escopeta desde 1992 hasta ahora. Los detectives quieren tratar de encontrar allí un patrón que ayude a desentrañar primero la conducta del atacante desconocido, ahora convertido en asesino, para ver si así consiguen identificarlo.
Pero hasta ahora no hay certezas ni siquiera sobre cuestiones elementales, excepto que se trataría de la misma persona, que tiene muchos conocimientos sobre el manejo de armas y que por alguna razón, tan desconocida como su nombre, busca notoriedad. La que ganó el sábado, con su ataque a un colectivo de la línea 131, estremece a los investigadores.
La contracara son ciertas diferencias entre los sabuesos policiales respecto de otros detalles. Algunos intuyen que actúa solo y otros creen que son al menos dos personas: uno conduce el vehículo en el que se movilizan y el otro dispara la escopeta contra su blanco, aparentemente elegido al azar.
Uno de los jueces que investigó estos episodios en los últimos 10 años dijo ayer a La Capital que es "muy difícil" que el tirador conduzca y dispare al mismo tiempo. "El estampido de la escopeta dentro del vehículo probablemente le haría perder el control del volante, y hasta podría herirse a si mismo", especuló. Por lo menos un par de investigadores policiales compartieron al criterio.
Pero otros discreparon. "Es posible que haya disparado al mismo tiempo que manejaba. Pudo tener el brazo izquierdo apoyado en el volante y la escopeta cruzada sobre el cuerpo con el caño hacia afuera de la ventanilla. Gatillar con el brazo derecho y controlar la retracción del disparo colocando el arma contra el asiento del acompañante", indicó. "Lo más probable es que se trate de un tipo muy solitario", agregó un detective que se inclina por la hipótesis de un criminal sin compañía.
El jefe de Homicidios dijo que el esclarecimiento del asesinato de Florencia es ahora un "asunto prioritario" para la policía. Y un investigador sostuvo que todos los esfuerzos se concentran en "tratar de interpretar" la conducta del autor de estos ataques. Pero ambos reconocieron que, al menos por ahora, no cuentan con nada firme para que pueda orientar la búsqueda hacia algún sujeto.



El asiento del coche de la 131 donde iba Florencia.
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