Avellaneda (enviado especial).- Este es el típico partido que deja sensaciones ambiguas. Porque si el pensamiento se detiene en el empate, el centralista puede estar más que conforme porque sumó un punto ante un rival difícil y en condición de visitante. Más que valioso no sólo para el promedio sino también para seguir arriba. Pero si el análisis supera la frontera del resultado y se estaciona en los noventa minutos, el canalla tendrá razón si siente que la victoria no hubiera sido una misión imposible.
Es que Central ofreció varias ventajas involuntarias por el sector izquierdo y en defensa, que fueron tan bien aprovechadas por Racing que encontró dos veces la diferencia cuando no había hecho suficientes méritos para tenerla. Fundamentalmente porque Papa y Talamonti no sincronizaron como debían y porque Ferrari primero, y Carbonari después, tuvieron una tarde invadida por imprecisiones y destiempos.
Pero la Academia rosarina se convertía en un equipo peligroso cuando pasaba a posición ofensiva, porque Messera fue resolutivo y porque Delgado era un jeroglífico para sus marcadores.
Las cuestiones tácticas no gravitaron en la práctica como se preveía, porque la mayoría de los desniveles se reducían a arrestos individuales.
Central avanzaba con más orden que ideas. Racing lo hacía a través de un asombroso cambio de ritmo en tres cuartos. Por eso incidieron Messera y Delgado. Como así Torres y Rueda. Pero cuando la ecuación futbolística le daba un leve saldo a favor a los canallas, Mirosevic aprovechó las espaldas de Talamonti y Papa para que Rueda (habilitado por Ferrari) se fuera por el sector de las bondades y cruzara un pase al área para el ingreso al gol del chileno.
Una distancia en el marcador que no tenía correlato en la cancha. Y que pudo haber desaparecido luego de que Figueroa cayera sin que Vitali lo tomara y Madorrán sancionara penal. Pero en la ejecución Ferrari se la entregó a Campagnuolo.
La impresión en el descanso era nítida. El partido no estaba clausurado. Y así quedó en evidencia apenas arrancó el complemento, cuando el Mellizo realizó un tiro libre que Delgado cabeceó en el segundo palo ante la pasividad de la defensa local.
Con la igualdad se abría una buena posibilidad para que Central fuera por algo más. Pero no tuvo tiempo. Es que enseguida Mariano González se encontró con un rebote de Carbonari -que intentaba cerrar- para celebrar el segundo de Racing.
Para Russo y sus hombres había que volver a empezar. Y aquí está, más allá de los errores cometidos, lo más importante para el futuro de Central: tuvo la capacidad de revertir la adversidad. Y en esta lucha sin respiro que mantiene el equipo canalla es una virtud indispensable. Porque recompuso líneas, se aferró a una actitud inclaudicable y fue en busca del empate. Y lo logró forzando un error defensivo en el adversario que aprovechó Delgado para convertir.
De ahí en más Racing sólo tuvo un cabezazo aislado de Rueda que devolvió el travesaño y los auriazules un remate de Ferrari que Campagnuolo sacó al córner. Y los últimos minutos devolvieron una postal de dos conjuntos cansados, pero con Central algo más entero.
Central sigue sumando y esto es lo que importa. Más cuando aún hay muchos escalones por subir. Y más cuando el peldaño que sigue se llama clásico.
Sintesis
Racing 2: \Campagnuolo 6, Vitali 6, Orozco 5, Ubeda 5, Bedoya 5, Torres 6 (49' S. Peralta 4, Bastía 5, M. González 5, Mirosevic 6, D. Milito 5 (71' M. Estévez), Rueda 7. Suplentes: Cuenca, Amarilla y Arano. Técnico: O. Ardiles.
\Central 2: \Gaona 6, Ferrari 4, Carbonari 5, D. Díaz 6, Papa 4 (75' Pino), Gvo. B. Schelotto 6, D. Quinteros 6, Talamonti 4, Messera 6 (77' P. Sánchez), C. Delgado 8, Figueroa 6. Suplentes: Castellano, Fassi y Mandra. Técnico: M. Russo.
\Cancha: Racing. Arbitro: F. Madorrán (4). Recaudación: No fue dada.
Goles: 20' Mirosevic (R), 46' y 53' Delgado (C), 47' M. González (R).
Amonestados: Vitali, Ubeda, Bedoya, Bastía, Mirosevic y Orozco (R); Carbonari (C). Expulsado: 82' Ardiles (DT R).
Incidencias: 36' Campagnuolo (R) le atajó un penal a Ferrari (C)