El inefable Fabían volvió a tener una tarde de furia. Sancionó incorrectamente un penal a favor de Central luego de que Figueroa se arrojara adentro del área simulando una hipotética infracción de Vitali. Amonestó a seis jugadores de Racing y a Carbonari. Ese es el punto: pareció tener excesiva rigurosidad con los jugadores locales y no tanta con los visitantes. Madorrán no influyó en el resultado, pero la gente de Racing lo tiene marcado como hincha de Boca y no se lo perdona. Cómo habrá sido que hasta Ardiles se desbocó y debió irse expulsado. La hinchada albiceleste le recordó su supuesta tendencia a beneficiar a los xeneizes. Más allá de estas cuestiones, está claro que el árbitro del partido evaluó de diferentes maneras las infracciones que cometieron los jugadores de uno y otro equipo exhibiendo mayor rigurosidad a la hora de sacar la tarjeta amarilla a los futbolistas albicelestes. Cuando el hostigamiento de los hinchas locales se hizo más notorio pareció que Madorrán se dispuso a responder sancionando una seguidilla de infracciones -algunas fueron otras no- para los canallas. Madorrán otra vez en el ojo de la tormenta. En esta ocasión quienes lo objetan son los de Racing. Y el polémico juez sigue originando debates.
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