El técnico de Racing, Osvaldo Ardiles, y varios jugadores locales le pegaron muy duro al árbitro Fabián Madorrán, quien debió salir fuertemente custodiado del Cilindro de Avellaneda por la ira de varios hinchas que lo esperaron. Pero el siempre polémico juez internacional se defendió de las acusaciones y justificó su accionar en el partido. Al enterarse de los dichos del técnico del conjunto albiceleste (ver "Ardiles se molestó..."), Madorrán replicó que son propios de "una opinión parcial", por lo que, como era previsible, no avaló en nada las palabras del Pitón. "Estoy muy tranquilo, fue claro el penal", adujo el controvertido referí. "Fue un partido complicado porque los dos fueron a buscar el resultado, con un ida y vuelta constante, pero no hubo expulsados. Veintidós terminaron en el campo de juego", fundamentó, sin referirse a que mientras a Racing le sacó seis amarillas, a Central sóla una y al final del partido. En la jugada más polémica, la del penal otorgado a Central, Madorrán sostuvo sin dudar que "primero Vitali lo toma de la camiseta y, después, le toca el tobillo. Fue un claro penal. No me arrepiento de haberlo sancionado". Madorrán debió retirarse más de una hora después y dentro de una camioneta policial, humillado con graves insultos por parte de medio centenar de hinchas locales. Antes, durante el partido, el árbitro fue el blanco de un estadio que lo insultó a pleno. Menos los hinchas de Central, claro.
| |