A muchos uniformados les encanta hablar de los "códigos policiales". Se supone que entre ellos hay algunos inviolables y una de esas normas no escritas es que cuando alguien comete un error o incurre en una arbitrariedad, los demás guardan silencio y nunca saben nada que pueda comprometer a un camarada. Pero en esta ocasión, cuando comprendieron que no podían justificar el arresto de Ríos por más de 6 horas (lapso previsto por la ley para los casos de averiguación de antecedentes), los de la comisaría 5ª no tuvieron empacho en inventar una supuesta resistencia a la autoridad del detenido y atribuirsela a un supuesto incidente con colegas del Comando Radioeléctrico, que jamás habían participado de este oscuro incidente. Así, quienes tendrían que justificar el arresto serían los del Comando y no ellos.
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