Año CXXXVI
 Nº 49.742
Rosario,
lunes  03 de
febrero de 2003
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Central en Uruguay
Central muestra puntos de mejoría

Mauricio Tallone / Ovación

Colonia (enviado especial).- Se adivinó un atisbo de reacción colectiva ante Nacional. Pese a lo oscilante de su repertorio, el equipo en esta oportunidad no sucumbió tan fácilmente a las contingencias del juego y a las precarias armas exhibidas por el rival. No pintó un funcionamiento de mundo de sensaciones, pero se las ingenió bastante bien para sacar adelante un partido chivo por la envergadura del adversario. Aquí van cinco puntos para tener en cuenta a la hora de hablar de confiabilidad con la lupa puesta en el Clausura.

1º: Russo fue consecuente con sus dichos
"Quiero un equipo que esté preparado para captar errores y potenciar virtudes", fue la frase más representativa que le deslizó Miguel Angel Russo a Ovacion cuando corría el mes de diciembre. A casi dos meses de aquellas palabras iniciales que pretendían instalar el ideario como bandera de un nuevo tiempo, el entrenador busca moldear un funcionamiento consecuente a esos dichos. En los partidos en las sierras tandilenses su equipo ganó contra Gimnasia, perdió ante Arsenal y empató frente a Quilmes. Pero en las tres presentaciones siempre mostró algún argumento rescatable en lo referente al rasgo colectivo. Ahora en Uruguay debutó mal cayendo contra Peñarol y el sábado venció a Nacional absorbiendo equivocaciones para no volver a cometerlas. Es cierto, no estuvo a tono del gran relieve, porque eso sería entrar en zona de milagros, pero se eximió en ansias de superación.

2º: La versatilidad defensiva tan mentada
El encuentro contra Nacional obró de probeta para mostrar al Central versátil que tantas veces prometió desde la teoría Miguel Angel Russo. La defensa arrancó parándose con una línea de cuatro mutante y estuvo menos proclive a los engaños de las gambetas adversarias. Sin soltarse tanto Cárdenas, recuperó salida explosiva en Ferrari (foto) y Marcelo Quinteros. Además en la zaga Talamonti y Díaz lucieron más aplomados cuando la jugada requería anticipar. El orden en ese sector de la cancha no sólo ajustó las tuercas sino que amplió el margen de confiabilidad.

3º: El rendimiento del Negro Quinteros
La respuesta que entregó Daniel Quinteros también propició un leve mejoramiento del equipo. El Negro garantizó un equilibrio que favoreció el entendimiento con el resto de los integrantes del medio. A diferencia de lo que hizo ante Peñarol, esta vez cumplió con el primer mandamiento del puesto: relevó con naturalidad y no se complicó en la salida con el equipo volcado en ataque. Nunca perdió de vista sus espaldas y al descargar con precisión al compañero más cercano evitó que la línea del fondo quedara desarticulada para una eventual contra rival. Todo lo contrario pasó en la noche de Montevideo, cuando en veinte minutos de desconcierto los canallas quedaron tres a cero abajo y sepultados en un mar de yerros infrecuentes para un equipo de primera división.

4º: Delgado está engordando con piques
Por rodaje y por minutos de juego, Delgado y Figueroa asoman como la pequeña sociedad de arriba que arrancará el Clausura ante San Lorenzo. Descartado el experimento de jugar con Lucho como único delantero (así arrancó ante Gimnasia en Tandil), el Chelito atraviesa un momento de reinserción en el lote de los titulares. Fue lo mejorcito que mostró Central en Uruguay y luce tan enchufado en cada pique que sólo una catástrofe futbolística lo sentaría en el banco de suplentes en el debut en el Nuevo Gasómetro. La tarjeta de crédito que tiene hasta ahora es el nivel mostrado. Un ejemplo: el gol de Lucho contra Nacional llegó después de un desborde suyo abriendo grietas en la defensa tricolor.

5º: Con los pies sobre la tierra
Russo estaba parado en el borde de la cancha del Campus Municipal de Colonia. Giraba la cabeza para uno y otro lado. Rápidamente, como si estuviera nervioso. Sus pies pisaban la línea, retrocedían y volvían a pisarla. Parecía uno de esos velocistas ansiosos, incontrolables, que quieren largar antes del disparo de salida: "Me gusta cómo están jugando, porque no se achican frente a un pesado, pesado como Nacional", es un giro dialéctico de corte menor, pero que simboliza la sensación térmica con la que se está gestando este equipo. El entrenador es el primer soldado que está al pie del cañón para bañar al grupo de realidad. Por eso ordena, inculca, ensaya, imagina. Conjuga todos los verbos que se le vienen a la mente para que el plantel no se deje caer por una barranca llamada adormecimiento del presente. En ese sentido el hincha de Central puede dormir sin frazadas: al equipo no lo dejan comerse otra píldora que no sea la de luchar contra el descenso.



El plantel espera tranquilo. Hoy vuelve a la cancha. (Foto: Alfredo Celoria)
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